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Espacios públicos como generadores de urbanidad tras la pandemia

Desde que comenzó la pandemia del coronavirus, el espacio público se ha convertido en el elemento más importante para la recuperación urbana.

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Parques del Rio es uno de los espacios públicos más importantes de Medellín debido a la integración que le otorga al río con la ciudad. Fuente: Arquine

Por Alejandra Aching

El espacio público es fundamental para el desarrollo sostenible de las ciudades, ya que fortalece las relaciones sociales y la identidad cultural de una sociedad. Sin embargo, en América Latina, el detrimento y la escasez de estos espacios, ha generado un escenario de vulnerabilidad y segregación urbana.

Hoy en día, la reinvención del espacio público debe apuntar a su recuperación para la ciudad, ya sea mediante intervenciones urbanas como el urbanismo táctico o el placemaking, que puedan traer grandes beneficios para la ciudad y en la calidad de vida de sus habitantes.

Tras la pandemia, el espacio público se ha convertido en el elemento urbano más importante para la recuperación urbana. Esta transición gradual del confinamiento al uso extensivo de espacios abiertos, como parques y plazas, ha llevado a la necesidad de dar prioridad a las dinámicas que se establecen en estas áreas para diferentes actividades sociales.

De esta manera, el espacio público se constituye como un lugar de encuentro, propiciando el arte público y las manifestaciones culturales que celebran el sentido de identidad y pertenencia dentro de una comunidad.

Además, una buena infraestructura en la creación y mejora de espacios públicos, ya sea a través de una óptima iluminación y construcción de escenarios de entretenimiento, culturales y deportivos, puede llegar a reducir enormemente los índices de criminalidad, lo cual constituiría un entorno seguro para los usuarios.

Sin embargo, en muchas ciudades latinoamericanas, los espacios públicos pierden completamente estas funciones; en algunos casos existe una apropiación indebida de estas áreas, generalmente con fines comerciales o para estacionamiento vehicular.

En otros casos, el espacio público termina cumpliendo un propósito únicamente estético, puesto que el ornamento en su vegetación impide su uso, y aísla la experiencia que estos espacios deben otorgar a la ciudad.

La situación actual que enfrenta el espacio público en las ciudades de la región ha motivado a repensar en intervenciones urbanas, que no necesariamente ocurran a gran escala, pero que puedan generar un gran impacto sobre las zonas intervenidas.

Un ejemplo de esto es el urbanismo táctico, que es una forma de recuperar temporalmente los espacios públicos. Por medio de intervenciones de bajo costo, se crea escenarios, algunas veces provisionales o itinerantes, que mejoren la calidad de vidas de las personas en sus áreas urbanas.

El urbanismo táctico, se ha convertido en una de las estrategias de intervenciones urbanas más importantes para la recuperación de espacios públicos. Ejemplo de urbanismo táctico en Rionegro, Colombia. Fuente: BID

Para que estas iniciativas tengan éxito, debe existir una visión general que considere hacer que cada espacio se adapte mejor a las necesidades de cada comunidad. Al mismo tiempo, en el que se desarrolle proyectos con multiplicidad de usos que permitan dinamizar estos sectores.

En Lima existen diversos colectivos que apuestan por realizar cambios en la ciudad, uno de ellos es Ocupa tu calle. Esta iniciativa nació hace tres años, inicialmente buscando la recuperación de espacios en desuso en varias áreas urbanas de la ciudad.

Hoy, esta estrategia ha superado los límites de su ámbito de influencia. Su alcance de trabajo ahora incluye 27 intervenciones en Perú, donde más de 500.000 personas se han beneficiado de las mejoras de su entorno, según datos de LA Network.

Nuestras ciudades están en constante cambio, y es la realidad de las ciudades pospandemia que nos deja como reflexión la importante función que cumple el espacio público en la ciudad para su desarrollo urbano y el bienestar de la población. La distribución de las ciudades, especialmente la de sus calles, debe equilibrarse para que sean más eficientes y justas con el ciudadano de a pie.