El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, animó a una niña de 10 años a que se quitara el tapaboca durante un acto oficial el último jueves en el municipio de Jucurutu, en estado de Río Grande del Norte, y cuando la pequeña le hizo caso, levantó un pulgar hacia arriba en un gesto de aprobación, informó Actualidad RT.
El gesto del líder ultraderechista generó una ola de críticas en las redes sociales por desestimar las normas de protección personal en plena pandemia, en una nación que ya superó las 500.000 muertes por COVID-19.
Asimismo, durante la misma jornada, Bolsonaro le bajó la mascarilla a un niño pequeño al saludar a sus partidarios, según recogió RT.
La utilización de barbijos es obligatorio en Río Grande del Norte desde mayo del año pasado como medida preventiva ante contagios de coronavirus. El decreto estatal, no obstante, no establece ninguna multa.
El mandatario brasileño se irritó el pasado lunes 21 de junio con un grupo de periodistas y hasta los insultó después de que le preguntaran sobre los más de 500.000 fallecidos que el coronavirus ya deja en el país sudamericano y el uso de barbijos.
“Lamento todas las muertes”, dijo Bolsonaro, quien hasta ahora no se había pronunciado sobre la fatídica marca de medio millón de fallecidos, registrada el sábado pasado en Brasil, por una emergencia sanitaria cuya gravedad ha negado desde el inicio y todavía no admite.
Consultado además sobre su costumbre de no usar la mascarilla, que en ese momento tenía puesta, el jefe de Estado se la quitó para preguntarle a una reportera del grupo Globo: “¿Estás feliz ahora?”.
Ya sin el tapaboca, y subiendo el tono, afirmó que “Globo es una porquería de prensa” y con unos periodistas “canallas” que “no ayudan en nada, destruyen a la familia brasileña y destruyen a la religión”.