La izquierda volvió a protestar este sábado en Brasil contra el presidente Jair Bolsonaro, líder negacionista y de ultraderecha, en momentos en los que el país roza los 500.000 muertos por COVID-19.
Equipados con máscaras, miles de personas salieron a las calles en diversas capitales del gigante suramericano, entre ellas Río de Janeiro, Recife y Brasilia, para exigir la salida del jefe de Estado por su gestión de la pandemia del coronavirus, la cual está siendo investigada por una comisión del Senado.
En Sao Paulo, la ciudad más poblada de Brasil y que suele ser un termómetro de las protestas, la marcha está convocada para la tarde de este sábado.
Bajo el lema “Fuera Bolsonaro”, los manifestantes también demandaron más vacunas contra la COVID-19, después de que se conociera que el Gobierno brasileño rechazó el año pasado en diversas ocasiones una primera remesa de vacunas del laboratorio Pfizer.
A las puertas del medio millón de muertes y con 17,8 millones de casos, Brasil es actualmente uno de los países más azotados por la pandemia y, según los especialistas, podría entrar en una tercera ola en las próximas semanas debido al alza de casos y muertes en los últimos días.
En la marcha también se colaron demandas por educación y por el aumento del subsidio que el Gobierno entrega a las familias más pobres para hacer frente a la crisis económica. En Brasilia, además, decenas de indígenas reclamaron una mayor protección de los pueblos originarios.
La protesta de este sábado es la segunda de la izquierda en Brasil desde que comenzó la pandemia, y se produce menos de un mes después de que miles de personas tomaran las calles contra el jefe de Estado, uno de los líderes más negacionistas en el mundo sobre la gravedad de la pandemia.
Hasta entonces, las calles habían sido tomadas exclusivamente durante la crisis sanitaria por los seguidores del presidente Bolsonaro, quien en las últimas semanas ha encabezado diversas caravanas de motociclistas en Brasilia, Río de Janeiro y Sao Paulo.
Tanto la izquierda como Bolsonaro han comenzado a articularse de cara a las elecciones presidenciales del próximo año, en las que se prevé un duelo entre el líder ultraderechista y el expresidente progresista Luiz Inácio Lula da Silva, quien este año recuperó sus derechos políticos.
A falta de casi un año y medio para los comicios, Lula lidera las encuestas de intención de voto frente a Bolsonaro, cuya popularidad ha disminuido en medio del recrudecimiento de la pandemia en Brasil.