El enfrentamiento entre Israel y el movimiento islamista Hamás, que dejó al menos 30 muertos, se intensificó con una lluvia de misiles lanzados entre ambos bandos en los territorios de Tel Aviv y la Franja de Gaza. Se trata de una compleja situación que está por derivar en una “guerra a gran escala”, según advirtió el enviado especial de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland.
“Detengan inmediatamente los disparos. Esta escalada se dirige hacia una guerra a gran escala. Los líderes de todos los bandos deben comprometerse con una desescalada. Una guerra en Gaza sería devastadora y la gente pagaría el precio”, dijo Wennesland a través de su cuenta de Twitter.
Sin embargo, no hay espacio a tregua. A través de un discurso televisado, el movimiento islamista Hamás se adjudicó el último martes el lanzamiento de 130 cohetes contra la ciudad israelí de Tel Aviv, como respuesta a la destrucción de un edificio de 12 plantas en Gaza por parte de Israel. Allí dirigentes de su partido armado tenían sus oficinas.
“Si (Israel) quiere una escalada, estamos preparados y si quiere detenerse también estamos listos”, dijo Ismael Haniyeh, uno de los líderes de la agrupación. Además, hizo un llamando a las fuerzas israelíes a retirarse de la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén, donde hace varios días se registraron violentos enfrentamientos entre policías israelíes y manifestantes palestinos.
Israel, por su parte, no pretende dar marcha atrás. Todavía tiene en la mira muchos objetivos para debilitar a Hamás, que controla el territorio palestino y que “trata de romper el muro antimisiles israelí para hacer daño”, según sostiene Jakin Mandelblum, jefe de Misión Adjunto de Israel en Perú.
“Hamás es un movimiento terrorista que ha estado hostigando de manera constante a la población en la Franja de Gaza y diferentes lugares dentro de los territorios palestinos, incluso dentro de Israel para hacer disturbios”, explica.
Ante la necesidad de buscar una calma y desescalada de tensiones, el diplomático refirió que su país está haciendo todo lo posible por mantener la calma y por reducir el conflicto, “pero no vamos a dejar que nos ataquen. Hamás no piensa parar y pagará el precio por eso”, sentenció.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá de emergencia este miércoles para tratar sobre este conflicto. Se trata de la segunda reunión en tres días. La nueva sesión que será a puerta cerrada fue solicitada por Túnez, Noruega y China. Estados Unidos también mostró su interés porque disminuyan las tensiones. Sin embargo, por ahora la paz se vuelve lejana.
Thomas L. Friedman - Columnista TNYT
Todo esto podría calmarse en tres o cuatro días, ya que Hamás, Israel, Egipto, Jordania y la Autoridad Palestina encuentran que les conviene imponer su voluntad en la calle. O no. Y si se convierte en otra Intifada, con la calle imponiendo su voluntad a sus líderes, este terremoto sacudirá a Israel, Gaza, Cisjordania, Jordania, Egipto y los Acuerdos de Abraham.
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