A partir de este jueves, cerca del 74 % de la población chilena quedará bajo cuarentena por disposición de las autoridades sanitarias a raíz del alza de contagios de coronavirus que sufre el país en las últimas semanas.
Esta cantidad aumentará durante los fines de semana, momento en el que se suman a las cuarentenas las personas de los sectores en los que esta medida solo rige los sábados y los domingos.
De esta manera, el 90 % de la población nacional estará bajo medidas de confinamiento total durante los fines de semana hasta que se levanten las nuevas restricciones.
El Gobierno anunció, además, que los permisos de desplazamiento personal disponibles durante los fines de semana serán suspendidos hasta nuevo aviso, mientras supermercados y mercados tendrán sus servicios restringidos a las entregas a domicilio.
“Necesitamos controlar la pandemia y para eso necesitamos disminuir la movilidad”, argumentó a la prensa la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, quien precisó que sí se otorgarán estos permisos de desplazamiento de lunes a viernes y que otros salvoconductos, como los que se entregan para asistir a un funeral, se mantienen activos en todo momento.
Pese a liderar el proceso de vacunación a nivel global con 5,6 millones de inoculados con una primera dosis, Chile enfrenta una segunda ola de contagios producto de las vacaciones del verano y su situación en cuanto a la cantidad de personas confinadas es de las más críticas desde la llegada del coronavirus al país.
“La cuarentena es dolorosa, difícil, pero dado el avance de la circulación viral tenemos que tomar estas medidas pensando en la salud de las personas”, apuntó el ministro de Salud, Enrique Paris.
De acuerdo al reporte del Ministerio de Salud (Minsal), del domingo al lunes se detectaron 6.155 nuevos casos de covid-19 en el país y 80 personas fallecieron producto de esta enfermedad.
El país suma de esta manera 938.094 contagios totales desde el inicio de la pandemia, de los más de 38.000 se mantienen activos en este momento y tienen capacidad de contagio.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó extender el confinamiento durante Semana Santa, para frenar el avance de la variante brasileña del coronavirus que ha disparado los casos en el país caribeño con especial énfasis en Caracas y sus vecinos estados de Miranda y La Guaira, así como en el sureño Bolívar, limítrofe con Brasil.
“Anuncio que la Semana Santa este año será nuevamente en cuarentena radical”, dijo Maduro durante una alocución transmitida por la televisión estatal en la que decretó catorce días continuos de confinamiento a partir de este lunes 22 de marzo.
En medio de un esquema llamado 7 por 7, que consiste en siete días de flexibilización seguidos por siete de “cuarentena radical”, Maduro, que se dijo preocupado por la variante brasilera y un “relajamiento” de la ciudadanía, pidió reforzar la cuarentena.
Si bien la variante brasilera es un “factor fundamental” en el incremento de casos confirmados, el “factor multiplicador” es el “relajamiento de las medidas de prevención”, señaló el mandatario, al cuestionar la proliferación de fiestas.
Puso como ejemplo una celebración en la piscina de un hotel de Caracas con más de 200 personas que ameritó la intervención de la policía y que captó la atención de la opinión pública en el país.
Brasil enfrenta la peor fase de la pandemia de coronavirus en medio de una gestión caótica, agravada por la extraña coexistencia de dos ministros de la Salud: uno saliente y otro que aún no asume sus funciones.
El presidente Jair Bolsonaro anunció el lunes 15 de marzo la sustitución del general Eduardo Pazuello, ministro de la Salud desde mayo del año pasado, por el cardiólogo Marcelo Queiroga.
Pero su nombramiento aún está pendiente de publicación en el Diario Oficial, por lo cual no se ha concretado hasta ahora.