El presidente de Honduras fue socio en un laboratorio de cocaína que fabricó toneladas de droga para enviarla a Estados Unidos, aseguró este viernes 19 de marzo un fiscal de Nueva York en un juicio por narcotráfico que aborda la corrupción arraigada al más alto nivel político en el país centroamericano.
Los fiscales de la corte federal de Manhattan aseguran que Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras, fue socio en el tráfico de drogas del acusado Geovanny Fuentes Ramírez y de su hermano Tony Hernández, declarado culpable de narcotráfico a gran escala en Nueva York en 2019. Y aunque no lo han inculpado, a lo largo del proceso de dos semanas insistieron en su participación en la conspiración.
“Juan Orlando Hernández no solo quería el efectivo del acusado (en sobornos), quería acceso a la cocaína del acusado (...) para poder exportarla” a Estados Unidos a través de Puerto Cortés, el mayor puerto hondureño, cercano al laboratorio de cocaína instalado en Cerro Negro, dijo el fiscal Michael Lockard en su alegato de clausura del juicio de Fuentes. El fiscal dijo que el intermediario entre el presidente y Fuentes era su hermano Tony.
“Tony Hernández, como Juan Orlando Hernández, era uno de los socios del acusado en el tráfico de droga. Es el hombre que dirigía el narcotráfico para Juan Orlando, que aceptó sobornos del dinero de la droga de Los Cachiros, es el hombre que envió kilos de cocaína con sus iniciales”, dijo Lockard.
Afirmó que “Los Cachiros pagaron enormes sumas de dinero a presidentes y candidatos presidenciales: a Juan Orlando Hernández, a su predecesor Pepe Lobo, a su predecesor Manuel Zelaya, a Ricardo Álvarez que se convirtió en vicepresidente y a muchos otros”.
El presidente de Honduras niega todas las acusaciones y asegura que combatió con gran éxito el narcotráfico desde que asumió el cargo en 2014.
El fiscal Lockard afirmó que el laboratorio de cocaína, ubicado cerca de la ciudad de Choloma, en el norte de Honduras, no fue cerrado tras su allanamiento en 2011, como se presumió en la época, sino que siguió operando después de 2013.
Recordó que en la operación policial realizada en 2011 no se hallaron drogas, pues el acusado fue alertado del allanamiento, y que luego Fuentes secuestró, torturó y asesinó junto con su socio Melvin ‘Metro’ Sandres al policía que dirigió el operativo.
“El laboratorio no cerró porque el acusado llegó a un acuerdo con Juan Orlando Hernández y su hermano (...) para que siguiera funcionando”, dijo Lockard. “Había demasiado dinero en juego”.
En su alegato final, el abogado de la defensa Avi Moskowitz atacó duramente la credibilidad de los testigos cooperantes del Gobierno, sobre todo del exjefe del cartel Los Cachiros, Leonel Rivera, que confiesa haber matado u ordenado el asesinato de 78 personas y enfrenta una pena de cadena perpetua más 30 años de cárcel.