Estados Unidos tiene “profundas preocupaciones” y desconfianza sobre la respuesta de China a la crisis del coronavirus y quiere que Pekín “ponga a disposición sus datos desde los primeros días del brote”, dijo el sábado 13 de febrero el asesor de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan.
Esta declaración llegó días después de que un equipo de investigación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) regresara de la ciudad china de Wuhan, el epicentro de la pandemia, sin un hallazgo claro sobre el origen del virus.
Los miembros tuvieron que caminar por la cuerda floja diplomática durante su estancia, mientras Estados Unidos insistía en que se realizara una investigación “sólida” y China pedía que no se politizara el asunto.
“Tenemos profundas preocupaciones sobre la forma en que se comunicaron las primeras conclusiones de la investigación de COVID-19 y preguntas sobre el proceso utilizado para llegar a ellas”, acotó Sullivan.
“Es imperativo que este informe sea independiente, con conclusiones de expertos libres de intervención o alteración por parte del Gobierno chino”, continuó.
Un experto de la OMS también expresó el sábado su frustración por la falta de acceso a los datos brutos durante la reciente misión a China y añadió que se necesitaba más para detectar posibles casos tempranos de COVID-19.
“Hemos pedido más datos”, declaró a la AFP Peter Ben Embarek, que dirigió la misión de expertos en Wuhan.
A pesar de no haber encontrado el origen del virus un año después del inicio de la pandemia, el equipo de especialistas extranjeros estuvo de acuerdo en que probablemente saltó de los murciélagos a una especie animal desconocida antes de transmitirse a los humanos.
La teoría de que el virus se esparció a partir de un experimento de laboratorio que salió mal —una teoría que esgrimía el expresidente de Estados Unidos Donald Trump y su secretario de Estado Mike Pompeo— parece “extremadamente improbable”, aseveró el equipo al tiempo que introdujo nuevas vías de investigación.
Pekín ha planteado repetidamente la teoría de que este llegó a China a través de envases de algunos productos, como marisco congelado, una teoría que el equipo de la OMS no descartó.
Sullivan expresó su “profundo respeto” por la entidad a la que Estados Unidos se reincorpora después de que Trump la abandonara para protestar por lo que consideró una respuesta ineficaz ante esta enfermedad.
Pero el funcionario agregó: “Volver a comprometerse con la OMS también significa exigirle los más altos estándares. Y, en este momento crítico, proteger su credibilidad es una prioridad absoluta”.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó el viernes que la organización “siempre dijo que esta misión (a Wuhan) no encontraría todas la respuestas”.