La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó este lunes que no hay ninguna evidencia de que la nueva variante del coronavirus identificada en el Reino Unido cause una infección más grave o afecte a la eficacia de los test de diagnóstico y vacunas disponibles.
Los responsables británicos han informado a la OMS “que no creen que esto tenga algún impacto en la vacuna”, dijo la responsable de la célula técnica anticovid en la Organización, Maria Von Kerkhove, en una conferencia de prensa en Ginebra.
Asimismo, la experta confirmó que la nueva mutación de la COVID-19 se transmite más fácilmente. Esto explica la variación en la tasa de reproducción del virus en Reino Unido (cuántas personas son contaminadas por cada infectado). Esta pasó de 1,1 a 1,5, coincidiendo con la propagación de esta variante.
Por su parte, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) aseguró este lunes que “no hay evidencias” de que la vacuna contra la COVID-19 desarrollada por las farmacéuticas Pfizer/BioNTech, y respaldada por sus expertos para ser usada en la Unión Europea (UE), no vaya a funcionar contra la nueva variante de coronavirus detectada en el Reino Unido.
Según la directora de la EMA, Emer Cooke, la última mutación que ha sufrido el SARS-CoV-2 no tuvo suficientes cambios como para dejar sin eficacia a la vacuna de Pfizer. Sin embargo, dijo que se tendrá que hacer un seguimiento “cercano” a las campañas de vacunación hasta determinar el alcance de la inmunidad que provoca este fármaco.
La nueva variante de la COVID-19 fue anunciada oficialmente el lunes 14 de diciembre por el ministro de Salud de Reino Unido, Matt Hancock. Como medida de prevención de nuevos contagios, el primer ministro del país, Boris Johnson, ordenó el cierre de Londres y otras ciudades al sureste de Inglaterra.