El laboratorio estadounidense Moderna dio a conocer, este lunes 16 de noviembre, que su candidata a vacuna contra la COVID-19 tiene un 94,5 % de efectividad para reducir el riesgo de contraer la enfermedad.
Según el análisis de los primeros casos, 90 participantes del grupo placebo contrajeron coronavirus, frente a 5 personas vacunadas con la fórmula real.
Moderna dijo que entre el 9% y el 10% de las personas vacunadas experimentaron efectos secundarios tras recibir la segunda dosis, como cansancio, dolor muscular o irritaciones cerca del punto de vacunación.
“Es un momento crucial en el desarrollo de nuestra candidata a vacuna contra la COVID-19”, se congratuló el jefe de Moderna, Stéphane Bancel. “Este análisis intermedio positivo resultante de nuestro ensayo fase 3 nos da las primeras indicaciones clínicas de que nuestra vacuna puede prevenir el coronavirus, incluida la forma grave”.
Estos resultados no han sido, sin embargo, evaluados todavía por científicos independientes. Más de 30.000 participantes integran este ensayo clínico a gran escala, llamado de fase 3 y comenzado el pasado mes de julio.
Si este nivel de eficiencia se mantuviera en la población general, se trataría de una de las vacunas más eficaces que existen, comparable a la de la rubeola, eficaz en un 97% cuando se aplican dos dosis, según los estadounidenses Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
En comparación, las vacunas contra la gripe oscilaron entre el 19% y el 60% de eficacia en las últimas diez temporadas en Estados Unidos, según los CDC.
La vacuna de Pfizer tendría una eficiencia del 90% y la vacuna rusa Sputnik V llegaría al 92%, según los resultados preliminares comunicados la semana pasada.