Lucy Ogilvie, una mujer de 40 años, de Inglaterra, murió el mes pasado por las complicaciones de un cáncer de intestino que le detectaron los doctores en mayo de 2019, cuando el tumor ya estaba en fase cuatro. No obstante, durante los cuatro años previos, el personal de salud le dijo que solo sufría hemorroides.
Según detalló el portal The Daily Mirror, cuando la enfermedad ya se había extendido a otros órganos, su hígado se inflamó tanto que parecía que estaba gestando.
“En los días previos (a su muerte) hubo varias complicaciones, como presión sanguínea baja y fallo del hígado, entre otras, que, finalmente, condujeron a la pérdida de conciencia. Sencillamente, su cuerpo no pudo superar los golpes constantes”, contó el esposo de la fallecida, Iain, en su cuenta de GoFundMe.
Ogilvie manifestó —antes de su deceso— al medio británico que acudió a su médico personal durante cuatro años para informarle sus problemas de salud. “Tuve sangre en mis heces, pero cada vez me decían que eran solo unas hemorroides”, expresó.
“O bien los médicos generales no creen absolutamente que las personas jóvenes pueden padecerlo, o hay algo relacionado con los costes, porque parece sencillamente tonto no dejar a la gente que se haga pruebas en el momento adecuado”, se lamentaba la mujer londinense.
Además, pedía a los médicos que se mantengan al corriente, puesto que una proporción cada vez mayor de jóvenes son diagnosticados con cáncer de intestino en los últimos años.
En determinado momento, Ogilvie se percató de una hinchazón y un dolor grave en la parte inferior del abdomen y, tras someterse a varios exámenes, los galenos le encontraron un tumor.
Posteriormente, la paciente decidió luchar contra la afección y empezó a recaudar dinero para el tratamiento. Sin embargo, en agosto de este año, los médicos estimaron que no sobreviviría hasta 2021.