Por: Jheninfer Rodil
El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, admitió que quizás está “demasiado tiempo” al frente del país tras permanecer en el sillón presidencial por 26 años. Sin embargo, pese a las protestas de la oposición, dejó en claro que, por ahora, no piensa abandonar el poder.
“Sí, quizás he estado un poco de más en la poltrona. Es posible que me saquen no solo por televisión, sino también por la plancha y la tetera. Sí. Pero, efectivamente, solo yo puedo defender Bielorrusia ahora”, dijo Lukashenko, según menciona la agencia EFE.
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Asimismo, el mandatario afirmó que no piensa dialogar con el Consejo de Coordinación, órgano creado por los activistas opositores a raíz de las protestas contra el supuesto fraude electoral en las elecciones presidenciales del 9 de agosto.
“Yo no me iré así como así. Dediqué un cuarto de siglo a construir Bielorrusia. No voy a tirar todo por la borda de buenas a primeras. ¡Además, si me voy, se cepillarán a mis partidarios!”, argumentó.
Lukashenko, que llegó a la Presidencia el 20 de julio de 1994. Foto: EFE
Lukashenko, de 66 años, llegó a la presidencia bielorrusa en 1994 y recientemente, en agosto, volvió a ganar los comicios electorales, con lo que logró un sexto mandato consecutivo. Esto lo convierte en el dirigente europeo que lleva más tiempo en el cargo.
El presidente bielorruso, catalogado como el ‘último dictador de Europa’, por el expresidente norteamericano George W. Bush, ganó popularidad en 1991. Luego, en 1994 postuló y venció bajo la bandera de la unión con Rusia.
Con el objetivo de mantenerse en el poder, en 2004, organizó un referéndum para suprimir el límite de dos períodos presidenciales, para así asegurar la posibilidad de ser reelegido para gobernar Bielorrusia de forma indefinida.
Seis años más tarde, en las elecciones del 2010, Lukashenko volvió a ganar, pero con polémica debido a que los otros nueve candidatos presidenciales fueron arrestados. En 2015, nuevamente fue elegido en medio de numerosas denuncias.
En 1999, Rusia y Bielorrusia anunciaron la creación de una alianza, denominada Estado de la Unión, la cual tenía una legislación y un parlamento en conjunto. A lo largo de los años, la economía e ideología de ambos países fueron el punto de cohesión entre ambas naciones.
Por su parte, Bielorrusia, supo beneficiarse económicamente, ya que, en virtud de varios acuerdos relacionados con la integración, pudo comprar el gas y el petróleo ruso a precios inferiores a los del mercado internacional.
A lo largo de los años, Lukashenko y Vladimir Putin han llevado a cabo acciones militares coordinadas. No obstante, las relaciones se han enfriado luego de que se pusiera fin a los subsidios de gas y petróleo a Bielorrusia.
Ahora, las recientes declaraciones del líder del partido Belaya Rus se refirió a sus opositores señalando: “¡Además, si me voy, se cepillarán a mis partidarios!”, lo cual podría ser una clara referencia Putin.
En medio de las constantes protestas que piden la salida de Lukashenko y las recientes de declaraciones del mismo presidente, ¿qué sucederá con su mandato?
Óscar Vidarte, internacionalista de la PUCP, en una entrevista con La República, mencionó que “por más herencia autoritaria que pueda tener un país como Bielorrusia (...) por más autoritarios que puedan ser, se terminarán desgastando. En el caso de Lukashenko, él es gobernante desde el año 1994, entonces en estos 26 años hay un desgaste en el gobierno”.
En ese sentido, el experto precisó que este desalentador escenario para el mandatario bielorruso se manifiesta porque está presente “una población, sobre todo joven, con contacto con el mundo, interconectada con otros países, que entiende que existen derechos y libertades que en su país no existe. Es una suma de factores, en los que se encuentra el desgaste de un gobierno, problemas y otras circunstancias”, añadió.
Bajo este contexto, ¿qué pasaría con Rusia si cae Bielorrusia? El experto explicó: “Geopolíticamente, Bielorrusia y Ucrania son dos países claves para Rusia. La guerra en Ucrania de los últimos años que, técnicamente sigue vigente hasta hoy, refleja que el gobierno ucraniano trata de acercarse a occidente, situación que Rusia nunca lo va a permitir. Lo mismo sucedería con Bielorrusia. Por eso Lukachenco se aferra tanto, ya que sabe que Bielorrusia juega para Rusia”.
“Rusia sabe que si cae el presidente de Bielorrusia se perderían varios intereses. El gobierno de Putin sabe que si tuviera un reemplazo de Lukachenko en el que se pueda contagiar los intereses, ya se hubiera promovido, pero no creo que lo tenga”, agregó. Finalmente, especificó que Rusia no va a permitir perder a sus aliados geopolíticos.