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México: mujer queda desconcertada al no saber si enterró a su esposo o a otra persona

Debido a los errores del centro de salud, la mujer que recientemente había sepultado a su pareja, quien falleció por COVID-19, ya no está segura si se trata de él o alguien más.

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Mujer quedó desconcertada al no saber si enterró a su esposo, quien murió por COVID-19, o a otra persona. Foto: El Debate

Una mujer residente de la ciudad de Navolato, en el estado de Sinaloa (México), atraviesa un calvario al no saber si enterró el cuerpo de su esposo, fallecido por coronavirus, o de otra persona, tras recibir una llamada del personal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que le indicó que su pareja no había muerto y continuaba internado, informó Debate.

Todo inició el pasado 7 de junio, cuando el IMSS le comunicó a Irma que su esposo, Mario Guzmán, había fallecido a causa del virus, pese a que nunca recibió los resultados de la prueba o algún estudio que confirme la versión de los médicos, detalló el medio local.

Anteriormente, el hombre había sido atendido por profesionales de la salud porque tenía flemas en el pecho, pero en el Seguro Social de la localidad de Navolato, decidieron derivarlo al Hospital Regional N° 1 del IMSS en la ciudad de Culiacán, donde presuntamente terminaría perdiendo la vida producto del nuevo coronavirus.

Tras enterarse del deceso de Guzmán, pese a no contar con los medios económicos, buscó la manera de solventar los gastos del sepelio. A las 10.00 a. m. del 8 de junio, la mujer enterró a su esposo de 61 años.

Dos días después del funeral, Irma junto a su hija empezó a averiguar los requisitos necesarios para cobrar el seguro de vida por la muerte de su conviviente; sin embargo, en ese momento recibió una llamada de una empleada del IMSS que preguntaba por los parientes de Mario Guzmán para informarles sobre su condición de salud, ya que supuestamente estaba hospitalizado.

Al recibir la insólita información, la mujer fue al nosocomio, ya en el lugar el personal médico le ofreció disculpas, ya que la llamada realizada horas antes había sido una confusión del instituto.

Luego de reconfirmar el fallecimiento de su pareja, Irma perdió la confianza en los datos del IMSS. A todo esto, se sumó el lamento de no haber podido ver el cuerpo que le dieron, medida habitual como parte del protocolo de defunción por COVID-19.