El tormento comenzó el 26 de abril, cuando la abuela de Shaira la llevó al hospital de San Cayetano, en Argentina, con 41 grados de fiebre y dolor en todo el cuerpo. La familia denunció que los médicos minimizaron sus síntomas y la mandaron al psicólogo por “exagerada”.
La pequeña de 11 años murió después de cinco días de agonía. Aunque aún se desconoce el resultado de la autopsia, los desconsolados padres sostienen que su hija murió producto de una infección generalizada y negligencia médica.
Las multitudinarias protestas de los vecinos de San Cayetano, obligó a que las autoridades comunales abrieran una investigación interna y suspendiera provisoriamente al doctor denunciado hasta que se aclare el hecho.
La abuela contó que cuando su nieta ingresó al hospital de emergencia le practicaron exámenes de laboratorio, en cuyos resultados salieron 20.000 glóbulos blancos en sangre. Por eso, le mandaron un antiparasitario.
“El médico Rodríguez nos recetó un antiparasitario. Después nos mandó a la casa porque solo eran parásitos para él”, contó a Minuto Uno.
La familia denunció que los médicos minimizaron sus síntomas y la mandaron al psicólogo por “exagerada”.
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Tras varias horas de agonía, la niña no podía moverse del dolor y la llevaron al hospital, donde se quedó internada. Un nuevo análisis indicó que tenía 12.000 glóbulos blancos en sangre y para los médicos era un indicio que el antiparasitario estaba haciendo efecto.
El jueves 30 de abril regresó a su casa por orden médica aunque la fiebre persistía. Esa madrugada, los padres de Shaira la llevaron nuevamente al hospital. “Mi hija le pidió a la enfermera que la acompañe al baño y el doctor la mandó a una psicóloga porque insistía en que era ‘exagerada’”.
El viernes 1 de abril, el cuerpo de Shaira no resistió y falleció después de desearle un feliz cumpleaños a su papá. “Salió el pediatra y nos dice: ‘a mí me duele más que a ustedes’. [Eso] nos dijo el cínico”, relató Soledad.
Los pobladores de San Cayetano rompieron la cuarentena para reclamar justicia por la muerte de la niña.
Tras la extraña muerte de la pequeña, los pobladores de San Cayetano rompieron la cuarentena para reclamar justicia. El alcalde Miguel Gargaglione se reunió con la familia y lamentó lo sucedido a través de las redes sociales.
“Acompaño en el dolor a la familia Smoulenar-Torres”, dijo. Además, se comprometió a colaborar “en la investigación sobre las causas de tal fatal acontecimiento”.