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Coronavirus: El caso estadounidense

“Mientras el país trata de entender y superar esta crisis a paso de tortuga, el partido demócrata continúa con su proceso de primarias, proceso mediante el cual eligen al candidato que en noviembre se enfrentará a Trump en las elecciones generales”.

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Estados Unidos tiene más de 15,000 casos confirmados y se reportan al menos 202 muertos. Foto: EFE.

Por: Francisco Miranda

El coronavirus llegó a Estados Unidos el 29 de enero. Mientras el virus comenzaba a esparcirse primero en el estado de Washington, el presidente Trump, en Washington DC, señalaba que el virus era menos peligroso que un resfrío común, que era una farsa, que los números iban a bajar rápidamente, y que “tenemos el virus totalmente bajo control.” Estamos en marzo y el país tiene más de 15,000 casos confirmados y se reportan al menos 202 muertos.

Si bien el tono de Trump ha cambiado en las últimas semanas, NPR reporta que un 38% de estadounidenses cree que la prensa está exagerando y que no es para tanto. Revisando la misma información según base política, un 54% de republicanos cree que no es para tanto. La prensa americana, cada vez más subjetiva -en ambos lados del espectro-, cuenta dos realidades completamente distintas. En Fox News y la prensa conservadora señalaban que el coronavirus ha sido sobredimensionado por los demócratas a fin de buscar un nuevo motivo para sacar a Trump de la presidencia. Asimismo, hacían eco constante a lo que decía el presidente, minimizando el virus y actuando como si el resto del mundo exagerara. Al otro extremo, MSNBC y CNN se preocupan tanto por atacar a Trump que buscan volver la crisis en una especie de reality show, no se preocupan por los hechos sino por contar las historias más dramáticas.

Como si esto fuera poco, el gobierno de Trump tuvo dos errores que en cualquier otro país serían motivo suficiente para retirarlo. Obama creó una agencia especializada en pandemias en el 2016, luego de la crisis del ebola. Trump y su equipo decidieron deshacerse de la agencia en el 2018 y consolidar un equipo más pequeño pues consideraban que “no estaban haciendo nada.” Esa decisión ahora les juega en contra, no sólo al gobierno sino a todo el país. Por otro lado, al no tomar en serio la problemática, no se aprobaron fondos adicionales ni ayuda económica federal a fin de acelerar la creación y distribución de los kits de prueba que permitirían saber quiénes tienen el virus. A la fecha, esta es la principal crítica a la Presidencia y al CDC (Centro para el Control y Prevención de Enfermedades), la demora y la negligencia.

Lamentablemente, las complicaciones no terminan ahí. Conforme avanzaron los días, varias celebridades comenzaron a publicar en sus redes sociales personales que habían testeado positivo para el virus. Entre ellas, el actor Idris Elba y varios jugadores de la NBA (incluido el célebre Kevin Durant). Lo que esto demostró no es sólo que nadie es inmune al virus, sino que el acceso a los kits de prueba depende finalmente de quién eres y cuánto vales. Son cientos de personas que han solicitado les hagan la prueba sin éxito, muchas de ellas con síntomas serios. Esto no va a cambiar en el corto plazo.

Mientras el país trata de entender y superar esta crisis a paso de tortuga, el partido demócrata continúa con su proceso de primarias, proceso mediante el cual eligen al candidato que en noviembre se enfrentará a Trump en las elecciones generales. Luego de tener más de diez candidatos al inicio, quedan sólo dos: Bernie Sanders y Joe Biden. El domingo tuvieron un debate muy especial, el primero entre sólo ellos dos y el primero sin público. El Coronavirus fue el tema principal del debate, naturalmente. Lo interesante es que Joe Biden, quien representa al establishment demócrata, a lo más tradicional del partido, adoptó muchas de las propuestas del mal llamado ‘izquierdista’ Bernie Sanders. Es decir, Biden propone resolver la crisis del coronavirus con ideas que bien podrían ser de Sanders. La diferencia es que Biden las propone de manera temporal, y Sanders de manera integral y permanentes. Sin entrar en mucho detalle, es fascinante ver cuantos republicanos y demócratas tradicionales comienzan a considerar propuestas de corte más socialista, incluyendo repensar el sistema de salud. Entre las propuestas que el Senado está por aprobar en esta situación se encuentra un pago único (que podría convertirse en mensual) de entre $500 y $2000 para cada ciudadano estadounidense a fin de calmar las aguas, una especie de ‘asistencialismo.’ Algo impensable para la derecha estadounidense.

Es innegable que Estados Unidos se dirige a una recesión (quizás podemos llamarla ya depresión) a partir de la situación del coronavirus, pero lo interesante es ver como el Gobierno se enfoca en resultados cortoplacistas, priorizando la economía por sobre la salud de sus ciudadanos. Se están por aprobar más de un billón de dólares para salvar a Wall Street. Nadie pestañea y nadie pregunta de dónde sale el dinero. Sin embargo, propuestas que involucran acceso gratuito al sistema de salud, educación gratuita de calidad, o incremento del sueldo mínimo siguen siendo vistas como locuras de la izquierda. Mientras tanto, el gobierno tiene previsto un gasto anual militar de 934 mil millones de dólares.

Conforme la crisis del Coronavirus se desenvuelve, Estados Unidos puede rápidamente perder su posición a nivel global. China comienza a recuperarse mientras Estados Unidos se continúa hundiendo en una crisis que no puede manejar. Las estrategias del Gobierno pueden ser útiles para la economía, pero ¿de qué sirven a largo plazo si el sistema de salud sigue totalmente quebrado y disfuncional?

Por otro lado, salvo por San Francisco en California, el resto del país se rehúsa a establecer un ‘toque de queda.’ Muchos aquí hablan de que es más fácil establecer dichas restricciones en países con gobiernos dictatoriales -como muchos consideran el de China-, pero yo no estoy de acuerdo. No se trata del sistema de gobierno, sino del manejo de la Presidencia. Muchos países absolutamente democráticos han establecido un ‘toque de queda’ sin problemas -no sólo el Perú, pero lo mismo están haciendo Francia, España y otros-. Mientras se debaten dichas restricciones, los jóvenes continúan celebrando spring break en Florida y acá mismo en Nueva York, el Gobernador hasta hace unos días sugería que las familias continúen yendo a parques y no se queden en casa.

No sabemos donde estaremos en unos meses, pero sin duda el panorama mundial y la distribución de poder va a cambiar si Estados Unidos sigue actuando de la forma irresponsable en la que ha manejado esta crisis.