El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, decretó este lunes el confinamiento de la población por al menos tres semanas. La medida fue asumida para evitar la propagación del nuevo coronavirus, que lleva más de 6500 contagios registrados en el país.
Durante este tiempo, el Gobierno cerrará todos los comercios no esenciales, impedirá reuniones públicas de más de dos personas que no vivan juntas y dará poderes a la Policía para hacer respetar estas reglas, informó AFP.
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Los británicos, a partir de ahora, “solo estarán autorizados a abandonar sus casas” para hacer la compra, ejercicio físico o ir al trabajo si “es absolutamente necesario”, enfatizó Boris Johnson en su mensaje.
De no acatar las reglas, las autoridades tendrán la potestad de imponer multas y dispersar a la muchedumbre.
“Lo más importante que debemos hacer es detener la propagación de la enfermedad”, afirmó Johnson.
El confinamiento en Reino Unido incluye también el cierre de bibliotecas, parques infantiles, gimnasios al aire libre y lugares de culto.
Se impedirán todos los eventos sociales, entre ellos bodas, bautizos y otras ceremonias, pero no los funerales.
Johnson agregó que todos estarán bajo observación.
“Volveremos a mirar en tres semanas y nos relajaremos si la evidencia demuestra que somos capaces”, agregó.
A última hora del domingo, el Ejecutivo de Boris Johnson ya había llamado a los británicos a no viajar a “residencias secundarias, campings, parques de caravanas” para confinarse o para pasar las vacaciones.