El primer caso confirmado de coronavirus en Sudamérica se detectó en Brasil, el pasado 26 de febrero, y la primera muerte se anunció en Argentina, el 7 de marzo. Actualmente no hay país que no tenga pacientes con el virus en esta zona del mundo.
Cada día aumentan más casos y los gobiernos han comenzado a alinear sus medidas de mitigación contra el COVID-19, que van desde un cierre de fronteras coordinado hasta una cuarentena severa que marca un hito en la historia universal.
Los especialistas en salud pública coinciden que la región cuenta con una enorme precariedad en sus sistemas de salud, que podría desencadenar en una catástrofe sanitaria si los gobiernos no responden con celeridad y prontitud.
El temor más legítimo es llegar a la grave situación que vive Italia pese a contar con un sistema de salud mucho más moderno y mejor gestionado que la mayoría de nuestros países vecinos y, a millas de distancia, que el peruano.
A nivel global, la cifras de casos superaron los 280 000 y la cantidad de fallecidos sobrepasaron los 10 000, siendo Italia, el país con más casos y el principal foco de contagio del virus que se inició en China, a finales del año pasado.
A la fecha, Sudamérica sobrepasa los 2800 contagiados, siendo Brasil el país con una mayor cantidad de pacientes con 977, seguido por Chile con 537 y Ecuador con 506. Sin embargo, las cifras de fallecidos es diferente: Brasil llegó a once, le sigue Ecuador con siete, luego Perú con cinco y Argentina con cuatro.