Tras una vasta investigación, un equipo de la Universidad de Sydney ha determinado que la ola de incendios que azota a Australia ya se llevó la vida de 480 millones de animales. Esta aterradora cifra puede aumentar debido a que el fuego continúa extendiéndose por todo el territorio de país oceánico.
Entre los millones de animales muertos, están incluidas varias especies en peligro de extinción como canguros, koalas, wombats y demonios de Tasmania. De los 28.000 koalas que vivían en el país, se calcula que ya murieron 8.000 en las últimas semanas.
Un grupo de jirafas trata de escapar del incendio.
“Estamos aprendiendo muchas lecciones de esto y nos muestra lo poco preparados que estamos para enfrentar una tragedia así", declaró la doctora Kellie Leigh, directora de Science for Wildlife.
“No hay procedimientos o protocolos establecidos, incluso los ciudadores de vida silvestre no tienen protocolos para saber cuándo pueden entrar después del incendio”, añade.
Un koala acorralado por el fuego fue rescatado. Foto: EFE.
Por su parte, Tracy Burgess, voluntaria de un hospital de animales explica el terrible panorama que se está viviendo: “no nos llegan tantos pacientes como esperábamos. Eso se debe a que los animales murieron quemados, sin poder escapar”.
“Con el clima tan seco que hay y la intensidad de estos incendios, se han quemado incluso áreas de barrancos húmedos que normalmente escapan de fuego”, explica Mike Letnic, profesor de biología de la conservación en la Universidad de Sydney.
Letnic destaca que estos “oasis” sirven de refugio donde los animales sobreviven a los incendios y pueden recolonizarse. Sin embargo, “puede haber muy pocas vías para permitir una recolonización efectiva. Dependerá de cuántos refugios queden”.
Además de los animales de la jungla, varios miles ovejas y vacas murieron quemados. Otros miles debieron ser sacrificados por su estado crítico tras sobrevivir con graves quemaduras.
La ola de incendios en Australia podría agravarse debido a que sufre una de las mayores sequías de su historia, sumado al hecho de que ya comenzó el verano en el hemisferio sur, por lo que no se esperan lluvias en el corto plazo.
Las aves como esta cacatúa galerita sucumbieron a las altas temperaturas y los gases de los incendios.