Brenda Spencer es una de las asesinas más jóvenes de Estados Unidos, y aseguró que actuó impulsada por su odio a los lunes.
Cuando tenía 16 años, la mujer vivía junto a su padre alcohólico y había desarrollado conductas antisociales, sumado a su baja autoestima ya que detestaba su apariencia: pelirroja, delgada, blanca y enormes anteojos debido a su miopía, recoge Vanguardia.
La mañana del 29 de enero de 1979, la adolescente miró por la ventana de su domicilio en California y decidió dispararle a un grupo de escolares de la Escuela Primaria Cleveland porque ‘’estaba aburrida’’.
‘’Vi a los niños como patos que andaban por una charca y un rebaño de vacas rodeándolos, así que eran blancos fáciles para mí”, confesó a las autoridades.
Tras desatar el tiroteo, dos personas perdieron la vida y ocho quedaron gravemente heridas. Pese a perpetrar sus intenciones, Brenda Spencer continuó atrincherada en su alcoba y se entregó a la policía cuando le trajeron la hamburguesa de Burger King que tanto anhelaba, ya que estaba con hambre.
‘’No me gustan los lunes’’, alegó cuando los periodistas la abordaron.
La mujer cometió los crímenes con un rifle Ruger semiautomático de 22 milímetros y con mira telescópica, obsequiada por su progenitor Wallace Spencer.
“No me gustan los lunes. ¡Son tan aburridos! Solo lo hice para animarme el día”, repitió a los agentes camino a la comisaría para su posterior juicio.
Cabe resaltar que la justicia de Estados Unidos la juzgó como a un adulto pese a ser menor de edad, y comprobaron que gran parte de sus desórdenes psicológicos se debían al consumo de drogas y alcohol.
Por su parte, los psiquiatras detectaron una lesión en el lóbulo temporal de la asesina que provocaba su agresividad producto de un accidente en bicicleta durante su niñez.
Brenda Spencer fue condenada a cadena perpetua revisable. En la actualidad, tiene 53 años y para los jueces aún es un peligro para la sociedad por su salud mental, por lo que deniegan sus solicitudes de libertad condicional.