Los sacerdotes Nicolás Corradi y Horacio Corbacho recibieron penas de 42 y 45 años de prisión, respectivamente, por haber abusado sexualmente de niños con discapacidad auditiva en el Instituto Próvolo, en Argentina. Otro de los implicados, el jardinero Armando Gómez, también fue condenado a 18 años.
El Caso Próvolo es uno de los más sonados en el país del papa Francisco, ya que ha significado un ‘escándalo’ más de abusos para el Vaticano. Las tres personas declaradas culpables están implicadas en al menos 25 violaciones.
La investigación de los delitos comenzó a finales de 2016, cuando un exalumno -que actualmente tiene 19 años- denunció haber sufrido abusos por parte de Corbacho cuando apenas tenía 5 años. Tras diversos registros realizados en el instituto, se encontraron vídeos que contenían pornografía y unos 8.800 dólares.
“Nosotros no aprendíamos nada, no teníamos comunicación, no sabíamos lengua de señas, escribíamos y no sabíamos qué, preguntábamos a otros compañeros y, también, nadie entendía nada”, denunció Ezequiel Villalonga a AFP.
El juicio contra los sacerdotes implicados inició el 5 de agosto de 2019 y se realizó a puertas cerradas. La víctimas, niños y adolescentes entre los 4 y 17 años, fueron testificando durante el proceso.
El primero en ser condenado fue el exmonaguillo, Jorge Bordón, ahora de 50 años, luego de que confesara haber sido autor de 11 violaciones. En total, hay 14 imputados además de los mencionados, pero los juicios contra ellos aún no empiezan.
Entre estos se encuentran dos monjas, que están bajo arresto domiciliario por haber encubierto a los sacerdotes. Una de ellas es Kosaka Kumiko, acusada por una supuesta víctima de haberle puesto un pañal tras la violación que sufrió por Corbacho.
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La institución cuenta con una sede en Italia y también en esta se reportaron abusos sexuales. En 2009, 67 exalumnos denunciaron que varios sacerdotes, entre ellos Corradi, los violaron.
En 2014, una delegación de antiguos alumnos sordos del centro italiano se reunió con el papa Francisco en el Vaticano para entregarle una carta con los nombres de los 25 sacerdotes presuntamente pederastas que había en ese lugar y alertando de la presencia de Corradi y otros religiosos en Argentina.