Algunos especialistas afirman que las especies ya no evolucionarán, sin embargo, hay quienes todavía abogan por esta posibilidad. Uno de ellos es el escritor y paleontólogo Dougal Dixon.
El investigador publicó, en la década de los 80, su libro ‘After man: azoology of the future’. En su escrito expone cómo sería la vida dentro de varios millones de años en la Tierra.
“La evolución está teniendo lugar hoy día. Y seguirá haciéndolo en el futuro, mucho después de que nosotros ya no estemos”, afirmó el autor décadas después de su publicación.
Según recoge la BBC, Dixon explora posibilidades como musarañas que usan sus colas como paracaídas, pájaros con flores en la cara y serpientes tan largas que son capaces de atacar a sus presas aéreas en pleno vuelo.
Los pájaros podrían tener flores en la cara. Foto: Emmanuel Lafont
Sin embargo, aunque sus postulados sean actualmente ficción, la mayoría de biólogos sí creen que el planeta poseerá un aspecto realmente sorprendente. Athe Aktipis, por ejemplo, sostiene que su futuro será visto como un “planeta alienígena”.
Ninguna probabilidad está descartada, ya que lo que hoy es la Tierra también fue alguna vez algo impensado hace millones de años. Esta referencia es respaldada por Jonathan Losos, biólogo evolutivo de la Universidad Washington en San Louis, Estados Unidos.
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El investigador asegura que en la era cámbrica, la superficie terrestre estaba poblada por criaturas caricaturescas, tanto que parecían “sacados de un episodio de Futurama”, explica en su libro ‘Improbabledestinies: fate, chance, and the future of evolution’.
En su escrito ‘Future Evolution’, el paleontólogo Peter Ward detalla también que es posible que se vean evoluciones como picos de pájaros adaptados para alimentarse de latas o ratas con pelajes grasos que les permitan eliminar las aguas toxicas.
Los animales del futuro podrían tener que adaptarse ante un mundo más contaminado. Foto: Emmanuel Lafont
Esto, a razón de que las actuales condiciones provocadas por los humanos pueden tener un efecto en la evolución del futuro. Si los hombres viven por varios millones de años más, definitivamente, la selección natural tendrá que hacer lo suyo para que los otros seres vivos puedan continuar.
Si hablamos de un planeta ‘enfermo’ por el calentamiento global, lo mismo. Pueden surgir criaturas que se especialicen en capturar la humedad del aire, concluye la psicología evolutiva Patricia Brennan.
“Los mamíferos podrían perder pelo en algunas partes y recoger agua en los bolsillos de la piel. [...] Las aves de climas más cálidos podrían perder plumas para evitar el sobrecalentamiento, y los mamíferos, la mayor parte del pelaje”, detalla.
Otra de las posibilidades es que los cambios que sufran las nuevas especies sean dirigidas. Es decir, aplicaciones usadas por la ingeniería genética, la biotecnología y otras podrían influir directamente en la evolución.
De hecho, actualmente ya se estudian alternativas, asegura la investigadora Lauren Holt. Por ejemplo, podrían existir drones polinizadores a falta de animales que lo hagan. Eso sí, de presentarse este escenario, sería solo si los humanos continuamos vivos.
Se podría adaptar ciertas partes de los animales para una necesidad humana. Foto: Emmanuel Lafont
De no ser así, la evolución podría ser aún más radical. Ward atribuye esto a lo que sucedió con la Tierra en la extinción masiva de hace 252 millones de años. Las nuevas especies que surgieron fueron precisamente unos dinosaurios mejor adaptados, lo cual los convirtió en los seres dominantes de la era.
Otras posturas como las de la bióloga Jo Wolfe presentan un escenario más impactante aún. La experta menciona que los árboles podrían “caminar” despacio para buscar lugares con agua. Incluso podrían adaptarse para cazar clavando sus ramas en los animales o lanzando gases venenosos, lo cual no está lejos de lo que hoy son las plantas carnívoras, afirma.
El libro de Ward recoge también opciones como un sapo evolucionado capaz de generar hidrógeno a partir del agua, almacenarla en la garganta y conseguir flotar en el aire.
'After man: a zoology of the future', escrito por Dougal Dixon.
En conclusión, las probabilidades son infinitas, no hay quien pueda ‘dar en el clavo’ por ahora.
Los biólogos creen en la evolución, pero todo se queda ahí. Especular está demás ante una variedad tan vasta. Sin embargo, no descartan formas realmente inimaginables hoy en día y hasta imposibles.
Para respaldarlo está Dixon, quien sostiene que varias de sus creaciones “especulativas” descritas en ‘After man’ fueron después descubiertas.