El asesino convicto Russell Bucklew fue ejecutado con inyección letal el último martes en la prisión de Missouri, Estados Unidos. Luego de pasar 23 años en el corredor de la muerte, su final fue aproximadamente a las 7:23 de la noche.
Hasta ahora, los funcionarios de la prisión de Missouri no habían podido realizar dicho acto debido a las constantes objeciones de los activistas por la dura muerte que sufriría el hombre de 51 años, quien sufría una extraña enfermedad y fue condenado por los delitos de secuestro, robo y asesinato en primer grado.
Según el ex fiscal del condado de Cape Girardeau, Morley Swingle, manifestó que la muerte fue pacífica. Además, con el testimonio de la periodista de KFVS, se relató que Bucklew estaba en una camilla con una sábana blanca hasta el pecho. Al momento de la inyección, él giró la cabeza hacia adelante y sacudió los pies. Suspiró. Ahí quedó sin movimiento.
Las cortinas se cerraron y luego de unos minutos, se reabrieron. El exfiscal Swingle señaló que “fue como ver dormir a una persona”.
El criminal de 51 años, Russell Bucklew, falleció tras la aplicación de la inyección letal.
La posible muerte espantosa que temían los activistas se debía a la extraña enfermedad del criminal, la cual era un raro trastorno de los vasos sanguíneos denominada hemangioma cavernoso. Esto pudo causarle asfixia prolongada y dolor insoportable.
A pesar de que no presentó alguna repercusión por su enfermedad, varias personas manifestaron su rechazo contra el riesgo de la ejecución.
“Missouri llevó a cabo una ejecución que corría el riesgo de convertirse en una tortura y violaba el derecho internacional, a pesar del remordimiento y el ejemplar historial de prisión de Bucklew. La idea de que matar a este hombre, que tenía una enfermedad terminal y había sido un prisionero modelo durante 23 años, valía la pena manchar nuestra democracia y nuestra humanidad es una desgracia”, mencionó Cassandra Stubbs, directora del Proyecto de Castigo Capital en la Unión Estadounidense de Libertades Civiles.
En cambio, familiares de las víctimas del asesino mencionaron que “al fin se hizo justicia”. Tras salvarse de un fallo, Russell Bucklew fue ejecutado en medio de la polémica sobre el método de la inyección letal.