Encuentran músculos de reptil desarrollándose en fetos humanos
Increíble hallazgo. Científicos han descubierto que los embriones humanos desarrollan estos músculos en las manos y los pies pero los pierden antes de nacer. ¿Cuál es su origen?
Una investigación de biólogos evolutivos de la Universidad de Howard (EE. UU.) demuestra que varios músculos de antiguos reptiles se forman durante el desarrollo del embrión humano y se pierden antes del nacimiento. Lo increíble es que estos músculos desaparecieron en nuestros antepasados hace 250 millones de años, durante la transición de reptiles a mamíferos, de acuerdo a la teoría de la evolución de Darwin.
Según el estudio publicado en la revista Development, esta particularidad se ha descubierto en los músculos dorsometacarpales, vistos en una resolución sin precedentes. En total, son 30 los músculos que se forman a las siete semanas de gestación tanto en la mano como en el pie. De estos, un tercio se fusionará o desaparecerá solo seis semanas después.
Este cambio tan repentino refleja lo que sucedió en millones de años de evolución. Los autores señalan que este hallazgo derrumba el mito de que tanto en nuestra evolución como en el desarrollo prenatal somos más simples.
Imagen de los dorsometacarpales hallados en un embrión humano. Crédito: Diogo, Siomava & Gitton.
El misterio de los embriones
Esta conservación de estructuras atávicas (anatomía perdida durante la evolución pero que está presente en la etapa embrionaria) se puede observar en especies como las avestruces, que a pesar de no poder volar, presentan alas más grandes. En el caso de las ballenas, los delfines y las marsopas, sus embriones inician y luego interrumpen el desarrollo de patas.
En los embriones humanos también se había observado esta peculiaridad: desarrollan pequeñas estructuras temporales similares a la cola, que terminan convirtiéndose en nuestro coxis.
“Teníamos una mejor comprensión del desarrollo temprano de peces, ranas, pollos y ratones que en nuestra propia especie, pero estas nuevas técnicas [tecnología] nos permiten ver el desarrollo humano con mucho mayor detalle”, afirma Rui Diogo, director del equipo de investigación.
“Es fascinante que hayamos podido observar varios músculos que nunca se han descrito en el desarrollo prenatal humano, y que algunos de ellos se observaran incluso en fetos de 11,5 semanas de edad, lo que es sorprendentemente tarde para los atavismos del desarrollo”, manifestó el biólogo.
El juego de la evolución
Ocasionalmente, estos músculos se desarrollan en humanos adultos, causando variaciones anatómicas que pueden generar daño a la salud del individuo, como las malformaciones. Para Diogo, estos son indicios de que tanto las variaciones musculares como las patologías pueden guardar relación con el desarrollo embrionario retrasado o detenido.
El investigador indica que el reciente hallazgo “proporciona un ejemplo fascinante y poderoso del juego de la evolución” y que ayudaría a explicar la aparición de estas anomalías en los adultos.