A 1060 años luz de la Tierra, se encuentra un gran exoplaneta gaseoso llamado NGTS-10b, que desafía a su estrella cada vez que la rodea: la orbitan tan de cerca que completa una órbita en solo 18.4 horas. Su ‘año’ dura menos que un día terrestre.
En un estudio publicado en arXiv, los astrónomos la han categorizado como un Júpiter caliente, el nombre que reciben los exoplanetas gigantes gaseosos como el de nuestro Sistema Solar, pero que orbitan muy de cerca a sus estrellas, con períodos orbitales de menos de 10 días. NGTS-10b, por su parte, ha batido el récord.
Asimismo, calculan que el exoplaneta está en una espiral rumbo a su estrella, lo que terminará haciéndolo impactar en 38 millones de años. Este es un tiempo de vida relativamente corto, teniendo en cuenta que la Tierra tiene 4500 millones de años. Sin duda, este ‘Júpiter caliente’ está condenado.
Su final llegará cuando cruce el punto de ruptura, denominado límite de Roche, que define la distancia mínima a la que un planeta puede orbitar su estrella sin ser incinerado por esta.
Impresión artística de un Júpiter caliente, que orbita en una espiral que pronto lo llevará a ser pulverizado por su estrella. Imagen: NASA / Ames / JPL-Caltech.
El exoplaneta NGTS-10b fue descubierto por el Next-Generation Transit Survey de la ESO, un conjunto de telescopios asentados en Paranal, Chile. Es 1,2 veces el tamaño del verdadero Júpiter, pero pesa más del doble.
A pesar de que ya se han detectado siete ‘Júpiteres calientes’ -de los cuales este último tiene el período orbital más corto-, la teoría de formación planetaria dice que no deberían existir, ya que un gigante gaseoso no puede formarse tan cerca de su estrella: la gravedad, la radiación y los agresivos vientos estelares deberían evitar que el gas se acumule en estos cuerpos.
Pero la realidad parece desafiar a la teoría, ya que de los más de 4000 exoplanetas descubiertos hasta la fecha, se estima que 337 podrían ser Júpiteres calientes.
La explicación que encuentran los científicos es que estos planetas se forman muy lejos de su estrella, y luego se comienzan a acercar poco a poco, hasta que quedan atrapados en estas ‘danzas de la muerte’.
Al igual que lo que ocurre cuando una estrella se acerca demasiado a un agujero negro, este planeta siente la gravedad de su sol y se va achatando en los polos, dejando de ser una esfera para parecerse a un balón de fútbol americano.
Estos efectos producidos en NGTS-10b les servirán a los astrónomos para estudiar mejor el evento de interrupción de las mareas, como se denomina al fenómeno del achatamiento de los cuerpos por acción de la gravedad.