Agencias.
Ayer domingo terminó la cumbre G7 y que tuvo a Donald Trump en el centro de las cámaras. Los líderes de Alemania, Canadá, EEUU, Italia, Japón, Francia y Reino Unido sesionaron por dos días en la ciudad francesa de Biarritz y una de las consignas fue poner calma al conflicto comercial que ya afecta al crecimiento mundial.
Sin embargo, a Trump pareció no importarle. Al término de su reunión con el primer ministro británico, Boris Johnson, Trump arremetió nuevamente contra China. Consideró “indignante” que el gigante asiático se haya llevado “miles de millones de dólares cada año” de territorio norteamericano. No obstante, aseguró que continúa en diálogo con China porque dijo tener “dudas sobre todo”.
Esta frase se expandió rápidamente por diversos medios internacionales considerándose una señal para un eventual retroceso en la Guerra Comercial. Sin embargo, horas después, la portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, se encargó de aclarar el mensaje.
"El presidente Trump respondió afirmativamente porque lamenta no haber aumentado más los aranceles”, expresó.
El objetivo del presidente francés Emmanuel Macron desde que Trump pisó su país fue buscar consensos para frenar la guerra comercial y, sin lugar a dudas, este sería un tema que los demás países llevarían a la cumbre G7. Sin embargo, una vez más, Trump mostró su indiferencia a estos llamados. “Nadie me ha dicho eso”, dijo ante una pregunta acerca de si los aliados del G7 le han presionado para que ponga fin a la tensión con China.
Fue en el marco de la G7 que Trump sostuvo una reunión con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, y concretaron un acuerdo que podría ser redactado el próximo mes.
EEUU busca en Japón un comprador de sus productos agrícolas, los más golpeados por la guerra comercial. Recordemos que esta fue una de las primeras condiciones en las negociaciones que tuvo EEUU con China y que este último, en palabras de la Casa Blanca y del propio Trump, no se cumplieron.
Así, los líderes de los países potencia se retiraron dejando a Francia sumida en un caos debido a las protestas. Para los franceses, la G7 contribuye más a la desigualdad y no lucha por combatirla.