Un grupo de investigadores de la Fundación Oceanogràfic hizo un controversial descubrimiento que rebate la teoría del biólogo marino Per Scholander sobre la respuesta automática del buceo en los delfines. De acuerdo con el estudio científico realizado, este cetáceo es capaz de regular cada latido de su corazón de manera voluntaria mientras realiza la actividad.
El estudio, publicado en la revista Scientific Reports de Nature, niega la posibilidad de que exista una respuesta fisiológica que se desencadena cuando comienza la inmersión en el agua, tal como lo estableció Scholander hace casi un siglo.
La llamada “respuesta de buceo” descrita por este biólogo explica que el organismo del delfín realiza una serie de cambios fisiológicos que permiten aprovechar mejor el oxígeno disponible, tal como la disminución del ritmo cardíaco durante el buceo. Dicha teoría solucionó el misterio de cómo los delfines, las focas y las ballenas pueden estar durante largo tiempo bajo el agua en apnea; y hoy es casi un dogma.
No obstante, sin bien los investigadores de la Fundación Oceanogràfic concuerdan con que este cambio se produce, no lo consideran como un rasgo específico que aparece evolutivamente para el buceo. La explicación que ellos le dan a este mecanismo es que se trata de una extensión de la arritmia sinusal respiratoria, que aparece en todos los animales vertebrados y busca sincronizar el ritmo cardíaco con la respiración.
“Si el organismo consigue que haya más sangre en los pulmones justo cuando estos están llenos de oxígeno, el intercambio de fases de la respiración será más eficiente”, explica el autor principal del trabajo, Andreas Fahlman.
Es decir, este fenómeno consigue que el corazón palpite más rápido cuando se inspira y más lento entre las inspiraciones, un mecanismo que utilizan los delfines para acoplar los latidos del corazón con la respiración; lo cual permite la ralentización del ritmo cardíaco.
Asimismo, esta especie tendría la capacidad de ajustar voluntariamente el ritmo cardíaco y la cantidad de sangre que bombea su corazón en cada latido. De esta manera pueden controlan la cantidad de sangre total que llega a sus pulmones, lo cual es clave para la gestión del comportamiento de los gases en los tejidos, esencial para la vida de los buceadores.
Para llegar a estas conclusiones, se realizaron ecografías de tórax a 11 delfines para estudiar su corazón antes, durante y después de una apnea voluntaria en superficie y en reposo.