Rosita de Espinar es, a sus 36 años, una de las 'reinas' del folclore peruano. Llamada ‘Diva del Sur’ y ‘Diva de América’, los fanáticos corean en sus conciertos las desgarradoras letras de sus canciones ‘Suspiros de amor’, ‘No te perdono’, ‘Déjame vivir mi vida’ y ‘La cantina es mi refugio’. Sin embargo, antes de alcanzar el éxito y compartir escenario con otros grandes de la música andina, la cantante nacional primero tuvo que convencer a su familia de su talento y conseguir su apoyo.
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A los 8 años, Silvia Rosa Huamani Quispe, el nombre real de Rosita de Espinar, tenía claro que se quería dedicar a la música folclórica e insistió a sus padres para que la ayuden. “No confiaban en mí porque decían que tenía la voz ronquita”, recordó en una publicación en Facebook. Después de insistir, su madre la trajo de Espinar a Lima para probar suerte. Era el año 1995.
“Me presenté por primera vez en un local por San Juan de Lurigancho, me acompañaron mis tíos que eran músicos, es ahí cuando subí al escenario, subí como el toro bravo a matar”, contó la ‘Diva del Sur’. Tras esa prueba de fuego, su madre, Juliana Quispe, decidió darlo todo por ayudarla a convertirse en la estrella folclórica que hoy es.
“Mi sueño siempre fue que la gente disfrutara de mi música. Aunque nunca quise ser famosa, ahora es increíble ver cómo la gente se emociona y se alborota cuando llego al escenario, estoy muy agradecida”, manifestó Rosita de Espinar, quien grabó su primera producción ‘Cha’skañawi’ en 1996 y la segunda ‘Charanguito’ en 1998, con la disquera Amor Amor Producciones.
Rosita de Espinar grabó su primera producción musical a los 9 años de edad. Foto: Rosita de Espinar Facebook
‘¿Cuál es el verdadero?’, el programa que conduce a Adolfo Aguilar, tuvo a Rosita de Espinar como participante, el 9 de agosto último. La intérprete de ‘Dime si eres feliz’ hizo llorar con su historia de vida a los panelistas ‘Carloncho’ y Sofía Franco. La folclórica relató que su madre, quien se dedicaba al comercio, padeció varios días los dolores del parto. “Fueron tres días que sufriste para que yo pueda nacer, diste la vida por mí”, dijo la cantante vernacular.
Agregó que su madre confió tanto en su talento que no dudó en vender su única propiedad. “Gracias a ella soy Rosita de Espinar, ella vendió su casa para financiar mis canciones, y hemos tenido que dormir en carpas en las calles. Fue una experiencia difícil, pero ella siempre estuvo allí apoyándome”, agradeció la cantante, quien ha dedicado más de una canción a su progenitora, como el tema ‘Consejos de mi madre’.