“¿Están seguros? No he estado en los escenarios en siete años”, contestó Rihanna cuando la llamaron para proponerle cantar en el medio tiempo del Super Bowl.
La presentación significaba su regreso a un show en vivo y lo hizo sin artistas invitados, vestida con un enterizo rojo, rodeada por su elenco de baile, sin apelar a protagonizar elaboradas coreografías y tuvo el mismo vestuario con el cual se mantuvo cubierta, detalle no menor después de que el ovacionado show de Shakira y JLo abriera la polémica sobre lo “hipersexualizado” –para algunos sectores– en Estados Unidos.
Para algunos medios de Estados Unidos, Rihanna había decidido cubrirse y mostrar al final lo que sería su segundo embarazo.
“Antes de su actuación, se le preguntó si habría sorpresas y ella bromeó diciendo que estaba ‘pensando en traer a alguien’ y que podría haberse referido al bebé. En ese momento, agregó que no quería decir demasiado porque ‘no sería una sorpresa’”.
Ayer la cantante nacida en Barbados, a nueve meses de dar a luz a su primer hijo, apareció en el centro de la cancha del State Farm Stadium en Glendale, Arizona. Tenía a Adele, Bradley Cooper, Paul McCartney, Cara Delevingne –que lució una prenda de la cantante– y Billie Eilish como espectadores en el estadio y, por la mañana, Shakira posteó una foto en la grabación del videoclip ‘Can’t Remember to Forget You’.
“Recordando buenos momentos y deseándoles las mejores vibras para el show de esta noche”.
Show. Con sus bailarines en una enorme pasarela. Foto: EFE
Con una audiencia estimada de 190 millones de espectadores, Rihanna de 34 años, que tiene más éxitos en el Top 40 que los Beatles, repasó su carrera con Umbrella, We found love y Diamonds.
“Es importante para mí hacer esto, este año. Es importante que mi hijo vea eso”, dijo en la entrevista previa para Apple.