Los historiadores refieren que la discoteca Cheetah Club había sido inaugurada tres años antes, en octubre de 1968, que tenía dos pistas de baile y que la pista del primer piso era la más grande y entraban mil doscientas personas.
Que el local tenía más de tres mil focos, que en el escenario apenas entraban los 18 músicos y que los otros dos músicos invitados, Richie Ray y Bobby Cruz, solo subían cuando eran llamados a la descarga.
Lo cierto es que todos los cronistas de la música latina coinciden en afirmar que ese día, el 26 de agosto de 1971, explotó en Nueva York el fenómeno musical mundial que se llamaría salsa.
Sí, la salsa, esa música de ritmos afrocubanos y boricuas que recogía también el sonido callejero, urbano, del Spanish Harlem y de todos quienes habían llegado con sus culturas al Bronx o a lo que llamaban simplemente el Barrio.
Ese concierto fue uno de los más importantes en la historia de la cultura latina en los EEUU, que cambió la historia musical de nuestros pueblos.
Quienes lo vivieron y los músicos que participaron recuerdan que fue una noche de goce furioso la que se vivió en esa discoteca de Manhattan.
Hoy se cumplen 50 años de esa jornada legendaria. Y los salseros del mundo lo celebran.
Jerry Masucci y Johnny Pacheco, el líder musical de Fania Records, ya habían presentado una orquesta en 1968, en un pequeño bar, el club Red Garter, pero fue un evento meramente promocional y con varios invitados de otras disqueras, como Tito Puente, Eddie Palmieri y Richie Ray.
Tres años más tarde convencieron al productor Ralph Mercado, dueño del local Cheetah Club, ubicado en la Calle 52, en pleno corazón de Nueva York, para presentar allí una All Stars, al estilo de lo que ya hacían las disqueras Alegre, Tico y Cesta.
Pese a las estrellas que se iban a reunir, los historiadores de la salsa coinciden en que los organizadores no tenían muchas expectativas. Esperaban muy poca gente, sobre todo porque el concierto se realizaría un jueves (un día antes del pago del salario). Pero el local se llenó a tope, con más de dos mil personas y con largas colas en la manzana donde se ubicaba la sala Cheetah.
No era para menos, los músicos participantes eran líderes de otras orquestas, además de cantantes bravíos y geniales instrumentistas.
Ray Barreto, Larry Harlow, Willie Colón, Orestes Vilató, Barry Rogers, Bobby Valentín, Johnny Pacheco, Richie Ray, Héctor Lavoe, Cheo Feliciano, Bobby Cruz, Ismael Miranda, Adalberto Santiago, entre otros.
El concierto produjo dos discos, Live at the Cheetah Vol. 1 y Vol. 2, la película Our Latin Thing (que se encuentra entera en YouTube) y la banda sonora del filme.
El público enloqueció con ‘Quítate tú’ (con más de 16 minutos de improvisación), ‘Anacaona’, ‘Descarga Fania’, ‘Ahora vengo yo’, ‘Estrellas de Fania’, ‘Ponte duro’... Hubo mucho de improvisación, de talento instrumental, de voces entregadas a la fiesta. La salsa ese día se volvió una realidad.
Después, nada volvería a ser lo mismo. El mundo se movería al ritmo de sones, guaguancós, mambos, jazz afrocubano, guaracha y por supuesto de mucha, muchísima, alegría.
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