Los festivales de Barcelona como el Primavera Sound y el Cruilla se encuentran a la espera de la pronunciación del Gobierno de España para poder posponer sus actividades, con lo cual tendrán cobertura legal para cancelar contratos y evitar perjuicios económicos.
Sucede que estos populosos festivales, que siempre son planeados con meses de anticipación, ya tenían convenios firmados con personal, técnicos y artistas que deben cumplir, por lo que no pueden tomar decisiones sobre la cancelación o nueva fecha del evento en el panorama incierto de la crisis por la COVID-19.
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Pese a que se ha voceado la suspensión de eventos masivos en toda España, los organizadores de estos festivales esperan que el Ejecutivo declare oficialmente la cancelación de actividades de este tipo, para poder ampararse de manera legal en el proceder con los contratos.
Del mismo modo, exigen que el Gobierno de España establezca la flexibilización en las devoluciones de las entradas, o que haga factible su intercambio.
Así se vivió el festival Cruïlla 2019 en Barcelona. (Foto: La Vanguardia)
Según Alberto Guijarro, codirector del Primavera Sound, el caso de Cruïlla "se trata de un modelo de festival que programamos a un año vista y adquirimos muchísimos compromisos: firmamos contratos que no se pueden cancelar unilateralmente”.
Según se dio a conocer en un comunicado, el festival Cruïlla podría aplazarse hasta el 2021 debido a las condiciones coyunturales de la COVID-19.
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De manera oficial, el evento todavía tiene previsto realizarse en el Parc del Fòrum del 2 al 4 del próximo julio, pero esta fecha aún ha quedado en suspenso ante la espera de la pronunciación oficial del consejo de ministros a realizarse la semana del 4 de mayo.
El director del Cruïlla, Jordi Herreruela y el codirector del Primavera Sound, Alberto Guijarro concuerdan en que si el Estado da luz verde a la realización de los festivales, debido a la situación sanitaria no se podrá presentar un evento como se había planeado.
"La gente nos ha comprado unas entradas para un concepto de festival que será muy difícil hacer este año. Hemos trabajado con muchas variables sanitarias , pero hemos visto que hay poco margen porque hay una falta de fiabilidad con tanta gente asistente”, señaló Guijarro.
En la misma línea se encuentra el Primavera Sound, el cual ya había decidido con anterioridad aplazar su edición de este año.
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En un inicio, estaba planeada del 3 al 7 de junio, sin embargo, la crisis del coronavirus causó que el festival de Barcelona se posponga hasta finales de agosto.
El codirector Alberto Guijarro, insistió que espera que el Ejecutivo brinde un panorama más claro sobre la realización de eventos. "Lo que queremos saber es hasta cuando no se pueden conciertos para comenzar a tomar decisiones”, apuntó.