Por: Roberto Ochoa B.
Cusco no deja de sorprender. No solo se trata de una ciudad museo, también incorpora nuevos espacios de cultura viva que alimenta su oferta turística y cultural.
En los interiores del Qoricancha (iglesia de San Domingo) y en los más exclusivos hoteles cusqueños se pueden ver finas piezas de cerámica vidriada, de colores verde y azul, que semejan antiguas joyas virreinales.
Se trata de la obra del maestro Tater Camilo Vera, heredero de una antigua familia de artistas plásticos, músicos y anticuarios cusqueños.
Vera cuenta con dos conocidas tiendas: una en el mirador de San Blas y otra en una céntrica calle de la ciudad de Urubamba, en pleno Valle Sagrado de los Incas.
Desde el año pasado se ha instalado en su casa-taller ubicada en el barrio de San Sebastián, más precisamente en la urbanización Túpac Amaru, que aspira a convertirse en un nuevo epicentro cultural para las artes plásticas y la música cusqueña.
Tater Vera es nuevamente uno de los invitados de lujo del Ruraq Maki (Hecho a Mano) que se realizará en Lima del 19 al 29 de julio, y siempre organizado por el Ministerio de Cultura.
PUEDES VER Un altar de junto al cielo
Esta vez, Vera va a incorporar nuevas piezas a su exposición. “Estoy ensayando nuevos estilos en esculturas, botellas, jarrones, platos y otra vasijas utilitarias”, nos revela mientras recorremos los amplios ambientes de su casa-taller, donde nos explica el complicado proceso de diseño, elaboración y horneado de sus piezas.
Su obra ha sido reconocida por la Unesco y mereció exposiciones en Colombia, Chile, México y otros países. Pero es en Cusco y ahora en el Ruraq Maki donde se podrán adquirir estas finas piezas de cerámica que conservan una antigua tradición mestiza y religiosa que se desarrolló el la capital arqueológica de América.
Joyas. De venta en sus locales de Urubamba y San Blas.