Héctor Lavoe dejó de existir el 29 de junio de 1993, en Estados Unidos, tras una larga lucha contra el SIDA. Apodado como “El cantante” por Rubén Blades en la canción de su autoría, fue una leyenda de la salsa. Sus canciones lo han inmortalizado en la historia de la música.
Pese a que Héctor Lavoe nació en Puerto Rico, hizo gran parte de su vida en New York, ciudad a donde viajó a los 17 años con la esperanza de hacer dinero.
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Lavoe y Willie Colón se hicieron amigos y conformaron uno de los dúos más brutales de la salsa. Entre ambos, grabaron más de 15 álbumes, ahí resaltan los temas “Aguanilé”, “Che Che Colé”, “Todo tiene su final” y “El día de mi suerte”
"El cantante de los cantantes" es recordado por su carácter vivaracho y festivo, hasta el día de su muerte.
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El dinero llegó a manos de un joven Héctor Lavoe que no supo manejar el estilo de vida y los problemas familiares. Además de caer en depresión por la muerte de su segundo hijo Héctor Pérez Jr., fruto de su relación con Nilda “Puchi” Román.
Héctor Lavoe cayó en las drogas. La vida desordenada afectó su vida como cantante, llegaba tarde a los conciertos, llevaba una vida llena de excesos y fiestas hasta el punto que tuvo que someterse varias veces a rehabilitación.
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El desgaste físico de Lavoe fue extremo, su cuerpo débil se refugió en sustancias psicoactivas como la heroína. Luego, contrajo SIDA a causa de inyectarse una aguja infectada en 1980.
Lavoe falleció a los 46 años luego de sufrir un paro cardíaco. A pocos días de cumplirse 26 años de su muerte, la jovialidad que terminó en la destrucción de “El cantante” y sigue siendo un misterio.