El turrón es un dulce emblemático de Perú, especialmente consumido en octubre durante las festividades del Señor de los Milagros. Este postre se ha convertido en una tradición que refleja la fe y la cultura limeña, integrándose en las celebraciones de una de las procesiones más importantes del país. Más allá de su significado religioso, el turrón es también una representación de la gastronomía criolla peruana.
Con su mezcla de ingredientes locales como la miel, las frutas confitadas y las grageas coloridas, este dulce une a las familias durante el ‘mes morado’, consolidándose como un símbolo de la unión entre la tradición culinaria y la devoción popular. Es por esto que la noticia del incremento de la venta del turrón este 2024 ha sido tan bien recibida. Este rendimiento es debido al incremento en el uso de uno de sus ingredientes principales.
Pío Pantoja, presidente de la Asociación Peruana de Empresarios de Panadería y Pastelería (ASPAN), informó a RPP que la campaña de ventas de turrón ya ha comenzado, proyectando un crecimiento del 12,5% este año.
Según Pantoja, este aumento se debe a que las temperaturas han sido más frías en comparación con 2023, lo que ha impulsado el consumo de productos con alto contenido de azúcar. Además, se espera una mayor participación de devotos en las procesiones del Señor de los Milagros.
Respecto a los precios, Pantoja aseguró que se mantendrán en los niveles de 2023, debido a la reducción en el costo de algunos insumos y la estabilidad del dólar. Aunque los precios no variarán, se prevé que la cantidad de turrones vendidos será mayor, gracias a la mayor demanda.
Pío Pantoja señaló que la producción de turrón podría incrementarse en un 10%. Sin embargo, los proveedores de premezclas anticipan un crecimiento más alto, cercano al 15%. "Eso indica que las panaderías pequeñas van a elaborar más turrón este año porque las grandes empresas no consumen premezclas, estas crean su propia receta”, dijo.
El turrón de Doña Pepa tiene sus raíces en el Perú del siglo XVIII, vinculado a una historia de fe y devoción. Según la leyenda más conocida, Josefa Marmanillo, una esclava del valle de Cañete, sufrió una enfermedad que paralizó sus brazos. En busca de sanación, viajó a Lima para participar en las festividades del Señor de los Milagros.
Tras su fervorosa devoción, se dice que experimentó una milagrosa recuperación. Como muestra de agradecimiento, creó el famoso turrón, una receta con base de harina, ajonjolí, miel de chancaca y grageas, que ofreció durante las procesiones en honor al Cristo Moreno. Desde entonces, el turrón se ha consolidado como una tradición que acompaña las celebraciones del ‘Mes Morado’ en octubre.