El Ministerio de la Producción (Produce) estaría evaluando reducir la talla de captura permitida de la anchoveta. El extitular de este sector José Luis Chicoma explica por qué no sería una decisión acertada y cómo afectaría a la pesca artesanal y a las familias peruanas. Además, sostiene que la industria debe empezar a adaptar sus operaciones al cambio climático.
-¿Se debe bajar la talla mínima de captura de la anchoveta?
-Para tomar una decisión tan importante como esa, se requiere un estudio sustentatorio del Imarpe, que analice si realmente la anchoveta se puede reproducir con tallas menores frente a nuevas condiciones climáticas. Sin la evidencia científica –que puede tomar mucho tiempo recabar y analizar– se puede poner en riesgo la biomasa de la anchoveta.
-La industria lo pide porque han encontrado muchos juveniles...
-(Lo que ha llevado al cierre de zonas.) Por eso se llega a un punto en el cual para muchas empresas ya no es rentable salir, y se intensifica la presión para reducir la talla mínima, con una visión de corto plazo de extracción, en lugar de una visión de largo plazo de sostenibilidad. La autorización de las temporadas, así como de sus condiciones, nunca se puede dar por una presión empresarial.
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-¿Qué criterios debería considerar Produce?
-Por el calentamiento de las aguas (debido al fenómeno El Niño y el cambio climático) podría cambiar la talla a la cual muchas especies, incluida la anchoveta, se pueden reproducir. Sin embargo, se requiere un estudio científico.
-¿Cuáles serían los impactos de reducir la talla?
-La anchoveta es una especie clave en el ecosistema marino peruano. Si se baja la talla sin un sustento científico fuerte, se arriesga a que se reduzca su biomasa en los próximos años. Esto afectaría a todas las poblaciones cuya alimentación depende de la anchoveta, como el bonito, jurel y la caballa, así como aves y mamíferos marinos.
-Entonces también afectaría a la pesca artesanal...
-(Sí,) se perjudicaría el bienestar económico de miles de familias que dependen de esta actividad. Recordemos que la pesca artesanal es la que genera más empleo dentro del sector pesquero. Pero no solo eso, afectaría también la alimentación en todo el país. Mientras casi toda la anchoveta capturada se transforma en harina y aceite de pescado para ser exportada, gran parte de las otras especies alimentan directamente a las peruanas y peruanos.
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-Se pide elevar el porcentaje de juveniles que se puede capturar. ¿Qué opina?
-Imarpe tiene que hacer una evaluación científica, sin interferencia política ni presiones empresariales para determinar lo que es mejor para la sostenibilidad, considerando las condiciones climáticas recientes y su impacto en los juveniles.
-Ante la crisis del sector pesquero, ¿qué medidas se deberían aplicar?
-Las condiciones de largo plazo para la anchoveta son negativas, dado que es una especie muy sensible a las variaciones de temperatura. Eventualmente, las empresas tendrán que diversificar sus inversiones a otras pesquerías o actividades. Felizmente, muchas de estas empresas tienen capital y recursos para esta diversificación. El apoyo prioritario del Estado debería dirigirse a los trabajadores de la pesca industrial, así como a la pesca artesanal, que genera más empleo y provee más alimentos a las peruanas y peruanos.
-Hay un proyecto de ley (5496) que busca ampliar Siforpa II. ¿Debería aprobarse?
-Se tiene que reconocer que los barcos existen y que hay muchos pescadores y familias que dependen de esas actividades e inversiones. Sin embargo, muchas especies, como la pota y el perico, ya están plenamente explotadas. No deberían entrar más barcos. Si se formalizan y autorizan, cada barco va a pescar menos, y no va a ser rentable para nadie.