El Banco Mundial redujo hoy sus perspectivas de crecimiento de la economía global a 1,7 % en 2023 -por debajo del 3 % pronosticado hace seis meses- y un 2,7 % para 2024.
Según el organismo internacional, el crecimiento mundial “se está desacelerando drásticamente” debido a la inflación elevada, las tasas de interés más altas, la inversión reducida y las interrupciones causadas por la invasión rusa de Ucrania.
“Se espera que la fuerte desaceleración del crecimiento sea generalizada, con pronósticos revisados a la baja para 2023 para el 95 % de las economías avanzadas y casi el 70 % de las economías de mercados emergentes y en desarrollo”, remitió en su informe.
El escenario podría ser aún peor. Para el Banco Mundial, dadas las frágiles condiciones económicas, cualquier nuevo acontecimiento adverso, como una inflación superior a la esperada, aumentos abruptos de las tasas de interés para contenerla, un resurgimiento de la pandemia de COVID-19 o un aumento de las tensiones geopolíticas, “podría empujar a la economía mundial a la recesión”.
“Esto marcaría la primera vez en más de 80 años que ocurren dos recesiones globales en la misma década”, anticipó.
Durante los próximos dos años, el Banco Mundial proyecta que el crecimiento del ingreso per cápita en las economías de mercados emergentes y en desarrollo alcance un promedio de 2,8 %, un punto porcentual completo menos que el promedio de 2010-2019.
En el África subsahariana, que representa alrededor del 60 % de los pobres extremos del mundo, se espera que el crecimiento del ingreso per cápita durante 2023-24 promedie solo el 1,2 %, una tasa que podría hacer que las tasas de pobreza aumenten, no disminuyan.
“La crisis que enfrenta el desarrollo se está intensificando a medida que se deterioran las perspectivas de crecimiento mundial”, dijo el presidente del Grupo del Banco Mundial, David Malpass .
Para fines de 2024, los niveles del PIB en las economías emergentes y en desarrollo estarán aproximadamente un 6 % por debajo de los niveles esperados antes de la pandemia. Aunque se espera que la inflación mundial se modere, se mantendrá por encima de los niveles previos a la pandemia.
Durante el período 2022-2024, es probable que la inversión bruta en estas economías crezca alrededor de un 3,5% en promedio, menos de la mitad de la tasa que prevaleció en las dos décadas anteriores.
Se prevé que el crecimiento en las economías avanzadas se desacelere del 2,5 % en 2022 al 0,5 % en 2023. Durante las últimas dos décadas, las desaceleraciones de esta escala presagiaron una recesión mundial.
En Estados Unidos, se pronostica que el crecimiento caerá al 0,5% en 2023, 1,9 puntos porcentuales por debajo de los pronósticos anteriores y el desempeño más débil fuera de las recesiones oficiales desde 1970.
En 2023, se espera que el crecimiento de la zona del euro sea del cero por ciento, una revisión a la baja de 1,9 puntos porcentuales.
Excluyendo a China, se espera que el crecimiento en las economías de mercados emergentes y en desarrollo se desacelere del 3,8 % en 2022 al 2,7 % en 2023, lo que refleja una demanda externa significativamente más débil agravada por la alta inflación, la depreciación de la moneda, las condiciones financieras más estrictas y otros obstáculos internos.