Desde joven, uno puede tener objetivos como comprarse un carro o un departamento, para lo que hay que ir trazando metas de mediano y largo plazo. Lo ideal para lograr estos objetivos es empezar lo más pronto posible a invertir. Por ejemplo, cuando ya se empieza la vida laboral.
Luis Mendiola, profesor de ESAN Graduate School of Businnes, asegura que para invertir no se requieren contar con mucho conocimiento técnico y que lo importante es acostumbrarse a utilizar diferentes alternativas de ahorro e inversión. Ello dependerá siempre de cuánto estás dispuesto a arriesgar.
Las personas tienen que ser conscientes de sus limitaciones, para ello es recomendable hacer una evaluación del perfil de riesgo. Esta se puede hacer aquí por medio de la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV).
“Mucha gente piensa que está dispuesta a asumir pérdidas, pero cuando ve que la aguja se mueve al contrario y sigue bajando, se asusta. Las inversiones conllevan siempre un riesgo,” apunta el especialista.
Mendiola recomienda invertir en una entidad financiera regulada porque si algo marcha mal en el mercado, se puede recuperar un porcentaje del capital. En tanto, de no estar regulada, se puede perder todo lo invertido.
Lo ideal es empezar a invertir desde los 18 a 20 años, mientras más joven, mejor, porque no se tienen los compromisos de la vida adulta, como la carga familiar y financiera. Al no tener tantos gastos, se podría ahorrar hasta el 80% de los ingresos y comenzar a invertirlos, asegura el profesor de ESAN.
“Los jóvenes pueden ahorrar hasta el 80% de sus ingresos porque todavía dependen de sus padres, no tienen gastos fijos ni carga familiar. Ese dinero se puede empezar a invertir,” opina Mendiola.
El especialista señala que cuando uno es joven puede explorar las diferentes alternativas de inversión que existen y aprender en el proceso para contar con patrimonio más grande a medida que pase el tiempo.