A pesar del minúsculo retroceso de la inflación registrada en el mes patrio (pasó de 1,19% en junio a 0,94% en julio), para la gran mayoría de peruanos este fenómeno continuará siendo un dolor de cabeza al momento de administrar la economía del hogar.
Ello representa un bulto más en la pesada mochila que arrastramos desde la llegada del coronavirus a nuestro país, según el exviceministro de Mype e Industria Juan Carlos Mathews, dado que el debilitamiento del empleo y la caída de ingresos agravarán el panorama.
“Los ingresos caen, son irregulares o incluso menores que antes del covid, y no mejoró significativamente el empleo adecuado. Cada vez que se va a comprar alcanza para menos y esto afecta a los que tienen menos capacidad de consumo. El empleo precario y la inflación son una mezcla venenosa”, anotó para La República.
Gran apoyo. Las ollas comunes atienden las necesidades de 250 mil peruanos que viven en extrema pobreza. Algunos pagan hasta S/3 por la comida, pero muchos la reciben gratis. Foto: Antonio Melgarejo/La República
Mathews enfatiza que aproximadamente 6 de cada 10 peruanos está en la pobreza y/o vulnerabilidad, considerando que 25,9% de la población es pobre —incluida los pobres extremos en este rango— y que el 34,6% está en riesgo, según INEI.
En esa línea, Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores, prevé que no se registre para este año una reducción en la tasa de pobreza, e incluso se podría hablar de un incremento marginal de los peruanos en esta situación.
Julio Velarde, presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), adelantó que en julio se llegaría al pico inflacionario para luego arrancar un paulatino descenso. Bajo esa premisa, Odar prevé que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) cerraría en 7,2% este año. Un estimado más elevado que lo previsto por el BCRP pero que se asemeja al de otros organismos especializados (ver infografía).
“Si bien ha habido una ligera inflexión en julio, es probable que empiece la caída moderada. Habrá cierta recuperación de la demanda interna con retiro de AFP y CTS. No es que sea un universo grande, pero habrá mayor disponibilidad de liquidez”, dijo.
Odar advierte que el resto de la canasta de consumo ha comenzado a contaminarse con el alza de precios, ya que sin contar alimentos y energía, la inflación llegó a su nivel más alto desde octubre del 2000: 5,4%.
El economista Eduardo Recoba coincide en que la inflación irá aflojando lentamente, pero lo percibirán los estratos más altos. “Se debe procurar no buscar deudas en dólares a largo plazo porque va a mantener su presión al alza. Hay que diversificar los mercados y canales de venta con precios más asequibles y competitivos; y si la familia se lo puede permitir, adelantarse en las campañas y comprar productos contra estación”, recomendó.
Este año el Perú tendrá la tercera inflación más baja de la región, proyecta FocusEconomics Consensus Forecast LatinFocus, solo superado por Bolivia (2,7%) y Ecuador (3,1%). Siguen el ranking México (7,3%), Brasil (8,1%), Paraguay (8,6%), Uruguay (8,8%), Colombia (9%), Chile (9,9%) y Argentina (73,5%).
Según datos disponibles a mayo para Latinoamérica, la inflación en México se ubica en 7,7%, la de Perú en 8,8%, Chile en 11,5% y Brasil en 11,7%.
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