“Para nosotros un día normal de trabajo es levantarnos a las 3 o 4 de la mañana. Para poder hacer nuestra faena de pesca tenemos que sacar la carnada, usamos los muy-muy o en otras oportunidades usamos la anchoveta, dependiendo la especie que vamos a pescar,” explica Alejandro Bravo (58), pescador artesanal hace 31 años.
Por estos días, sale a ‘pintear’ trambollo, cabrilla y pintadilla. En cada pintera van de dos a tres personas máximo porque son embarcaciones pequeñas de madera, al terminar regresa a la caleta o va al terminal de Pucusana donde ofrece sus productos junto a sus compañeros.
Aunque Alejandro cuenta con paciencia y cariño cómo realiza su trabajo, admite que no es una labor que le gustaría que realicen ninguno de sus 5 hijos, por eso, ellos tiene ahora otras profesiones. “Por mi parte prefiero eso porque ser pescador es muy sacrificado,” señala.
Y es que existen muchas demandas por parte de los pescadores artesanales para que se ajusten las normas y reglas con las que funciona la pesca en el Perú. El 70% de pescadores artesanales considera que los recursos pesqueros del Perú no están siendo bien manejados y el 93% piensa que los recursos están sobreexplotados, según una encuesta de Ipsos (2022).
Yuri Hooker, biólogo pesquero de la SPDA, explica que el mar no se puede ver como una unidad porque no es igual pescar en la orilla que en mar adentro, las especies no están repartidas de forma proporcional.
“En aguas poco profundas hay una gran diversidad de organismos porque están favorecidos por la radiación solar, el sol permite que haya muchas algas y plancton, y estos por su parte sirven de alimento a una gran cantidad de mariscos, cangrejos, caracoles, choros y erizos, que a su vez son alimento de otras especies”, explica Hooker.
Muchos de los peces y mariscos que comemos viven en las cinco millas, entonces sobre ellos hay una pesquería cuya fuerza de pesca es sobre todo manual, no utilizan grandes redes ni barcos, sino que casi todo es con anzuelos, extracción directa con las manos, redes selectivas y todo este trabajo artesanal es el que sustenta nuestro alimento diario.
Por eso cuando le preguntamos a Alejandro qué significan las cinco millas para él, no duda en responder que son “nuestro tesoro y tenemos que protegerlo y cuidarlo”.
pesca en el peru. Foto: Oceana
Y agrega que según la FAO, en 30 años vamos a tener una escasez mundial de alimentos, que ya se está adelantando. “Se puede notar que hay menos recursos, el hambre está acechando. Entonces no se puede ver a las cinco millas como objeto de depredación, debemos verlo como una despensa alimentaria para el pueblo peruano y si se puede para el resto del mundo”, precisa Alejandro.
No solo tenemos la pesquería más grande la anchoveta sino también estamos en el top de pesca en perico, pota, bonito, caballa y jurel, explica Juan Carlos Sueiro, director de Pesquerías de Oceana.
Toda esta abundancia también se maneja de forma industrial. “Esta pesquería opera sobre todo dentro de las 50 o 60 millas, y la más conocida es la de anchoveta, con embarcaciones de cerco,” afirma Sueiro.
Sixto Panta, presidente del Gremio de pescadores artesanales del puerto de San Pedro de Talara, es pescador hace 40 años y señala que el recurso se viene ‘ausentando’ por la depredación de la pesca industrial y que a pesar de reportarlo a las autoridades no obtienen respuestas, los políticos solo se acercan a ellos cuando están en campaña, afirma.
PUEDES VER: Día de San Pedro y San Pablo: las mejores frases para reflexionar en el Día del Pescador
Y es que existen diferentes conflictos en la zona costera. Por ejemplo, Sueiro explica que las embarcaciones de cerco y arrastre, que solo hay en Piura y Tumbes, tienen una baja selectividad, ya que usan una malla muy tupida por lo que nada de lo que cae allí se escapa. Además cuando están muy cerca de la costa, las redes raspan el suelo y perturban el hábitat de algunas especies. Esto a su vez perjudica a los pescadores artesanales porque cuando llegan ya no encuentran nada.
A esta situación se agrega la depredación de la anchoveta, que sirve de alimento para el bonito, jurel y caballa y que son precisamente los que extraen los pescadores.
“El problema es que cuando se pesca mucho juvenil se pone en riesgo la especie, se debería extraer luego de que al menos se haya reproducido una vez”, afirma Hooker.
Finalmente, el especialista señala que aunque hay muchas leyes y normas en torno a la pesca, lo que es fundamental es una mayor fiscalización para una protección real de los recursos de las cinco millas.
Las aves guaneras, los lobos marinos, delfines, la pota o calamar gigante y muchos otros animales dependen directamente de la anchoveta, entonces, la presión de pesca hace disminuir la anchoveta y también afecta a estas poblaciones, explica Yuri Hooker.
Y agrega que antes de los años 50, cuando empieza la pesca industrial de la anchoveta, había alrededor de 40 millones de aves guaneras y a la fecha solo quedan 4 millones, es decir, solo el 10%.
PUEDES VER: No se debatió la nueva Ley General de Pesca en la Comisión de Producción por falta de quórum
Alejandro Bravo, secretario general de FIUPAP
“No estamos de acuerdo que se saquen normas que favorecen solo a los industriales. Nosotros representamos a los 33 millones de peruanos, a quienes ponemos el pescado fresco en su mesa”.
Sixto Panta, presidente de Gremio de pescadores de Talara
“Las embarcaciones grandes están invadiendo el mercado, lo que hacen es llevar el recurso en grandes cantidades a los terminales, lo congelan y lo venden más barato. Nos están haciendo daño”.
Infografía - La República
Infografía - La República
Infografía - La República