Tras agudizarse la tensión geopolítica producto de la invasión de Rusia a Ucrania, la profesora e investigadora de Administración de la UP, Angie Higuchi, explica que la inseguridad alimentaria se avivará a nivel global.
Higuchi anota que al pausarse las labores productivas de Ucrania y Rusia los principales actores en la comerciales de la comercialización de alimentos, la inflación – de por sí elevada en los últimos meses – se disparará.
La docente recuerda que Ucrania es un gran exportador de alimentos al tener más del 70% de su suelo agrícola, mientras que Rusia, es un relevante productor de combustibles: el segundo mayor exportador de petróleo y el mayor de gas natural del mundo; sumado a que es el principal exportador de trigo, y junto al país donde desplegó sus tropas, abarcan cerca del 29% del mercado mundial de exportación este cereal.
Además, acota que Ucrania es catalogada como la despensa de Europa al proveer granos para ganado vacuno, porcino y avícola para la Unión Europea, Medio Oriente, África y hasta China.
Con la crisis geopolítica, los sembríos y cosechas ucranianos se deteriorarán y se cortará la cadena de suministro, lo cual se traducirá en una grave inseguridad alimentaria en varias regiones. Higuchi anota que los precios, de acuerdo a diversos estudios, podrían duplicarse ante la escasez y la inflación heredadas por la pandemia.
Incluso, enfatiza que durante este año los precios de los alimentos se elevarían hasta cuatro veces por los costos de logística, falta de mano de obra, interrupción en la producción y problemas de transporte – aupado por el desplazamiento de civiles en Ucrania -, así como el incremento de precios de envíos y fletes y los elevados precios de hasta un 80% en los fertilizantes.
“No olvidemos que Rusia es el responsable del 13% del comercio mundial de fertilizantes, cuarto productor mundial de urea, sexto de fosfato diamónico y tercer productor de fertilizantes potásicos”, resume.
En ese sentido, Higuchi concluye en que el corte de la cadena de suministros traerá un aumento de los precios de nutrientes, golpeando así la productividad de los cultivos y agravando la inflación de los alimentos.
Finalmente, advierte que al aplicarse prohibiciones desde Rusia a las importaciones agrícolas como frutas, algunas carnes y productos alimenticios preparados, los ucranianos pagarán costos más elevados. Este escenario avivaría una eventual escasez de alimentos y con ello, los precios globales también incrementarían.
“El golpe en los bolsillos de los consumidores a nivel global será severo a raíz de esta nueva crisis sumada a la COVID-19. Y los peruanos no seremos la excepción”, finaliza.