El impacto económico que generaría la pandemia del COVID-19 en América Latina aún es incierto, sin embargo, ya se comienza a hablar de un año de recesión. Así lo revela el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) que describe los efectos económicos y sociales que conllevaría esta enfermedad.
La publicación señala que la región está ante el comienzo de una “profunda recesión” producto del coronavirus, lo que implicaría a una caída del Producto Bruto Interno (PBI) regional para este año de 1,8% a 4%, el cual dependerá de cuánto se contraiga la actividad económica en los países europeos, EEUU y China, quienes son los principales socios comerciales de América Latina.
“Estamos ante el principio de una profunda recesión. Estamos ante la caída del crecimiento más fuerte que ha tenido la región”, sostuvo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.
Y es que el aislamiento social obligatorio que se ha decretado en varios países de la región y en el mundo conlleva a que el 50% de la actividad económica se encuentre paralizada.
“Esto disminuye las horas de trabajo y los salarios y da lugar a la consiguiente reducción de la demanda agregada de bienes y servicios. Dado que la mayoría de las empresas financian sus inversiones principalmente con ganancias retenidas, la formación bruta de capital fijo se verá afectada negativamente. El efecto multiplicador del consumo será significativamente negativo y se verá agravado por la falta de inversiones privadas”, menciona el informe.
Para el economista Armando Mendoza, el impacto, tanto para la región como para el Perú, será acorde al tiempo que dure la cuarentena, no obstante, será un año muy complicado para la economía, ya que una vez culmine el aislamiento social la reactivación de las actividades productivas se realizarán de manera gradual, lo que ralentizará la mejora.
La publicación señala que todas las empresas, independientemente de su tamaño, se verán afectadas, sobre todo las de sectores que tienen que ver con turismo y servicios, que son las que no están operando. Por ello, el impacto en este caso será en el mercado laboral. Sin embargo, uno de los estragos más fuertes del COVID-19 en la región será el incremento de la pobreza en 5,6 puntos.
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La CEPAL también proyecta un fuerte incremento de la pobreza extrema en la región, pues considera que por esta pandemia llegará a 14,5%, lo que equivale a 90 millones de personas en esta condición.
Mendoza advierte que actualmente hay cerca de 12 de millones de ciudadanos que podrían llegar a la pobreza extrema al estar más de un mes sin salir a trabajar.
Según la última encuesta del BCRP las expectativas de los empresarios sobre la economía a 3 meses bajaron de 48 puntos en febrero a 22 en marzo, lo cual evidencia que la confianza empresarial se encuentra en el tramo pesimista.
Macroconsult advierte que, por primera vez en más de 15 años, las expectativas reflejan ese comportamiento.
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