Ante la veloz propagación del coronavirus y la caída del precio del petróleo, las bolsas de todo el mundo (Nueva York, Europa, Nikkei, etc.) han estado extremadamente volátiles.
En este contexto, mucha gente se pregunta cómo funcionan los mercados bursátiles, por qué se desploman y vuelven a subir, y cómo les puede afectar.
Estas son 5 claves para entender cuáles son las fuerzas que mueven a las bolsas:
Un factor clave en determinar el precio de las acciones son las expectativas, es decir, lo que los inversores creen que puede ocurrir en el futuro. “El valor de las cosas es extremadamente subjetivo”, le dice a BBC Mundo Diego Mora, analista senior de la consultora XTB.
Por ejemplo, si compras un celular, que tiene un precio de 1.000 dólares, apenas sales de la tienda, no lo vas a poder vender por más de 700 dólares, explica.
En el caso de las bolsas, hay miles de millones de personas que opinan sobre cuánto vale una empresa y, por lo tanto, el precio de sus acciones. “Al final se llega a una especie de consenso respecto al valor de una compañía, pero es un consenso que cambia segundo a segundo”, dice Mora.
Y lo que vale una empresa que opera en bolsa (según la opinión de los inversores) es lo que determina el precio de las acciones.
Cuando compras la acción de una compañía es porque crees que a la empresa le irá bien y recibirás dividendos o incluso un precio más alto por tus acciones que el que pagaste cuando decidas vender. El misterio está en qué momento conviene comprar y cuándo conviene vender.
“Las bolsas son un reflejo psicológico de la sociedad” porque se mueven en relación a las expectativas de las personas, le dice a BBC Mundo Borja Ribera, profesor del Master en Bolsa y Mercados Financieros de la EAE Business School, España.
Aunque también se puede invertir en índices bursátiles, que son conjuntos de acciones de distintas empresas usados como referencia.
Un índice bursátil tiene un valor numérico, que se calcula según el precio de mercado de cada una de las empresas que lo componen. Puede representar la evolución de las acciones de un determinado país o de un sector.
Generalmente los especialistas recomiendan a los inexpertos invertir en un índice, antes que concentrar su dinero en una sola compañía, para disminuir el riesgo de perder los ahorros.
Si la bolsa es un reflejo psicológico de la sociedad, como dice Ribera, en una situación de pánico o estrés financiero, "los interesados en comprar, quieren comprar a un precio muy barato y los que quieren vender, están dispuestos a hacerlo a cualquier precio", explica el experto.
Así, con la ley de la oferta y la demanda en pleno juego, los compradores aprovechan la oportunidad de los precios bajos y la cotización de las acciones se hunde.
Y como el miedo alimenta el miedo, se produce el desplome.
Así lo explica el “psico-trading” o la psicología del inversor, que se ha dedicado a investigar estas conductas. Si todo el mundo quiere vender porque temen que las acciones sigan cayendo y hay pocos que quieren comprar.
En la bolsa se puede distinguir entre los inversores que son más cautos, como los fondos de pensiones, y los que tienen hambre de riesgo.
Los más conservadores tienden a refugiarse en instrumentos que dan rentabilidad fija a largo plazo (como los Bonos del Tesoro de Estados Unidos) porque son más seguros.
Aunque habitualmente los inversores diversifican sus fondos entre activos financieros de renta fija (más seguros) y activos de renta variable (más riesgosos). “Hay una relación inversa entre riesgo y rentabilidad”, dice Ribera. “Mientras menos riesgo estoy dispuesto a asumir, menor rentabilidad podré sacar”.
Y entre los distintos perfiles de inversores, también están los llamados traders o “especuladores” que quieren ganar dinero en poco tiempo. Ellos apuestan por las “ventas cortas” con el objetivo de ganar dinero en minutos.
Es por eso que “a los especuladores les benefician estas caídas bursátiles”, explica Mora. “Mientras más caen las acciones, más dinero ganan. Y los especuladores sacan ventaja de cualquier movimiento, sea alcista o bajista”. Algunos los ven como el “villano de la película” motivados por la codicia y otros los ven como los ganadores del juego.
En el mercado bursátil, no solo invierten humanos. También hay robots que compran y venden acciones utilizando algoritmos, en un proceso conocido como “trading algorítmico”.
Estos robots se dedican a la especulación bursátil siguiendo la oferta y la demanda en las bolsas de valores. Y lo hacen en décimas de segundos.
Los inversores ingresan los parámetros para que el robot opere según determinadas circunstancias.
"Le puedo decir a la máquina cuando pase esto en el mercado, quiero que compres y cuando pase esto otro, quiero que vendas", comenta Ribera.
Lo interesante es que actualmente “hay más transacciones hechas por robots que por humanos directamente”.
Y los encargados de ingresar los parámetros a la máquina inversora son matemáticos y físicos que se han especializado en esta área.
FUENTE: BBC