Semana Santa es una de las épocas en que las cintas religiosas cobran gran protagonismo en la pantalla chica. Ben-Hur es una de las grandes favoritas por los espectadores, pero también hay otras que pertenecen a una lista negra que los fieles creyentes prefieren dejar en el olvido.
Una de ellas es La última tentación de Cristo, el filme dirigido por Martin Scorsese que provocó la indignación de los grupos religiosos y grandes revueltas alrededor del mundo. El resultado: la prohibición de su exhibición en las salas de cine.
Su lanzamiento fue negado por años en Turquía, Filipinas, Singapur, México, Chile, Argentina, entre otros países. En el caso de Francia, el caso más sonado ocurrió en 1988 cuando un grupo de católicos quemaron un cine que proyectó la película, provocando un total de 14 heridos.
¿De qué trata La última tentación de Cristo? Jesús, un carpintero de Nazaret, decide atender la constante llamada de Dios. Pero cuando está a punto de completar su misión, debe hacer frente a la mayor de las tentaciones y realizar un sacrificio para salvar a todos los hombres.
Jesucristo, interpretado por Willem Dafoe
A diferencia de otras versiones, Martin Scorsese mostró a un mesías que comete errores, dubitativo y temeroso ante los planes que Dios pone en su camino. De hecho, durante la crucifixión cuestiona por qué se le abandonó; por ello, la deidad envía un ángel para salvarlo y dejarle continuar su vida como si nada hubiera ocurrido.
El segundo momento más polémico se trata del encuentro sexual entre Jesús y María Magdalena, quien queda embarazada y muere sin darle un hijo. Si bien la escena subida de tono no fue explicita, fue otro motivo más que suficiente para desatar la ira de los fieles.