Hoy, domingo 16 de junio, celebramos el Día del Padre. Esta fecha también sirve para recordar a un anfibio peculiar de solo tres centímetros de longitud que vive principalmente en Chile: nos referimos a la ranita de Darwin, descubierta por el naturalista inglés Charles Darwin en 1834.
La ranita de Darwin macho es considerado uno de los padres más cuidadosos del reino animal porque alberga a sus renacuajos dentro de su saco vocal, la misma estructura que las ranas y sapos inflan para cantar. Acompáñanos en este homenaje a conocer más del anfibio nativo de Sudamérica, un caso excepcional de protección familiar.
Ranita de Darwin, una especie actualmente vulnerable. Foto: Bastian Gygli/Ladera Sur
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La ranita de Darwin habita en los húmedos suelos de los bosques templados del sur de Chile. Se trata de una criatura singular que llega a medir tres centímetros de longitud total. Este pequeño anfibio, Rhinoderma darwinii por su nombre científico, fue registrado por primera vez en 1834 por el naturalista inglés Charles Darwin en la isla de Lemuy, Chiloé, quien planteó la evolución biológica a través de la selección natural.
Actualmente, la ranita de Darwin habita entre las regiones del Biobío y Aysén. Ella resulta ser fácilmente identificable por su prolongación nasal y su coloración que varía del café oscuro al verde brillante, lo que la convierte en un animal que se escabulle bien en su hábitat para la cacería.
La ranita de Darwin se encuentra en peligro de extinción, con poblaciones en declive, principalmente debido a la pérdida de su hábitat, reemplazado por plantaciones forestales y actividades agrícolas y ganaderas. La susceptibilidad a la enfermedad de la quitridiomicosis, infección causada por un hongo patógeno, también contribuye a su riesgo. Este mal, que presenta altas tasas de mortalidad, ha hecho que sus poblaciones vayan desapareciendo paulatinamente.
Distribución geográfica de la ranita de Darwin en Chile. Foto: ranitadedarwin.org
Una característica notable del macho de la ranita de Darwin es su excepcional cuidado parental. Andrés Valenzuela, presidente de la ONG Ranita de Darwin, comenta: "Las ranitas de Darwin son los únicos anfibios en el mundo, dentro de las cerca de 8.000 especies conocidas, donde el macho cría a los renacuajos dentro de su saco vocal. El saco vocal es la misma estructura que las ranitas y sapitos inflan cuando están cantando". Esta estrategia, conocida como neomelia, es única en el reino animal.
El biólogo y fotógrafo Bastian Gygli añade que, entre los anfibios, el cuidado paternal es raro porque usualmente no cuidan a sus huevos. "Pero incluso dentro de los pocos casos en que el padre se hace cargo, este tipo de estrategia es única en el mundo. La mayoría de los padres solo se limitan a cuidar el sitio de puesta de los huevos. Ningún otro anfibio macho en el mundo tiene un proceso similar para el cuidado de sus crías", refiere el científico.
La ranita de Darwin y uno de sus patrones de camuflaje. Foto: Pablo Martínez Morales
El único caso comparable fue el de la extinta Rheobatrachus silus, una especie australiana. La ejemplar hembra incubaba los huevos en su estómago, según Gygli.
La ONG Ranita de Darwin trabaja arduamente en la conservación de esta especie y otros anfibios de Chile. En 2018, se lanzó la 'Estrategia Binacional de Conservación de las Ranitas de Darwin' para proteger a este animal único.
La Rhinoderma darwinii es comúnmente activa durante el día en pequeños claros de bosques nativos maduros, habitando entre musgos, helechos, hojarasca y ramas. Su dieta se basa en invertebrados del bosque, como grillos, saltamontes, hormigas, miriápodos, arañas, pequeños escarabajos y algunos insectos voladores.
Alimentación de la ranita de Darwin. Foto: ranitadedarwin.org
La conservación de la ranita de Darwin es crucial no solo por su singularidad biológica, sino también por el papel vital que desempeña en su ecosistema. Proteger a esta especie es un paso esencial para mantener la biodiversidad y la salud de los bosques templados del sur de Chile y Sudamérica. Por esta razón, es necesario recordarla en el Día del Padre.
Este es un extracto del libro 'Descubriendo a la ranita de Darwin', Andrés Valenzuela Sánchez, doctor en Medicina de la Conservación y autor de la publicación, en el que describe al diminuto animal:
"De nariz puntiaguda, mirada vivaz, piel lisa y húmeda, la ranita de Darwin macho —similar al caballito de mar— protege a sus pequeños infantes en un saco al interior de su boca. Desde este vientre paterno, los renacuajos se alimentarán para convertirse en pequeñas ranitas, muy similares al padre, las cuales emergerán para repoblar nuevamente aquellos mágicos lugares. De vez en cuando es posible escuchar un pequeño pero vigoroso silbido, como si se tratase de un ave: es el canto de la ranita que inunda cada rincón por donde merodean ciervos volantes y pudúes".