La variante ómicron del coronavirus SARS-CoV-2 continúa evolucionando y dando lugar a un extenso número de subvariantes, que son versiones con características diferentes a la original.
Pese a que los casos de COVID-19 a nivel mundial son los más bajos registrados desde la aparición de ómicron, según la Organización Mundial de la Salud (OMS); reportes actuales señalan que algunos países vuelven a sufrir un incremento acelerado de contagios a causa de los nuevos miembros de este linaje.
Entre ellos está BA.2.12.1, una reciente ‘hija’ de ómicron que está ganando terreno en el norte de Estados Unidos y volviendo a infectar a personas que habían superado ómicron.
La subvariante XE de ómicron fue secuenciada por primera vez el 19 de enero en Reino Unido. Foto: Henning Bagger / Ritzau Scanpix / AFP
La familia ómicron siempre ha preocupado a los científicos por dos características: su capacidad de evadir la inmunidad inducida por las vacunas y la enfermedad previa y por ser más transmisible que las variantes anteriores. Sin embargo, dichas cualidades han cambiado entre cada subvariante que ha ido surgiendo.
Como su nomenclatura lo indica, BA.2.12.1 es descendiente de la subvariante de ómicron BA.2, que ya se caracterizaba por ser más contagiosa que la ómicron original (BA.1). Según un estudio preliminar publicado en la plataforma BioxRiv, este aumento de transmisibilidad era de un 30%.
Hasta hace unos meses, BA.2 era la versión de ómicron más contagiosa de todas, pero se ha descubierto ahora que BA.2.12.1 la supera en un 25%.
La más clara demostración de esta capacidad de BA.2.12.1 es que está desplazando a BA.2 en Estados Unidos, su epicentro actual. Según una última actualización de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC), esta nueva subvariante ya comprende poco más del 30% de los contagios reportados hasta el 30 de abril de 2022.
Los científicos creen que la explosión de contagios por BA.2.12.1 en este país puede que continúe reprimida porque recién salen de una ola de contagios con ómicron BA.2; sin embargo, se desconoce qué puede ocurrir más adelante.
El motivo por el que ómicron BA.2.12.1 preocupa a los científicos es debido a que posee una mutación clave en su proteína pico que antes se había observado en variantes de interés como delta y lambda.
Dicha mutación (denominada L452Q) ha sido previamente estudiada y se sabe que permite una unión más fuerte de la espícula —la parte que el SARS-CoV-2 utiliza para infectar— con las células humanas, la cual a su vez genera un aumento de la infectividad en el organismo.
Otras características del nueva versión de ómicron es que tiene más ventajas para escapar a la inmunidad cruzada y es resistente frente a la inmunidad cruzada.
Asimismo, se desconoce la efectividad que tenga el esquema completo de vacunación y la tercera dosis contra esta nueva variante.
Para los científicos, el crecimiento de BA.2.12.1 es una señal de que la pandemia aún está lejos de su final y que, por tanto, el patógeno causante de la COVID-19 puede continuar evolucionando con características más ventajosas para sobrevivir.