Después del Big Bang, la gran explosión atribuida al origen del universo, este comenzaba a expandirse y enfriarse, mucho antes de que se formaran las primeras estrellas. Cuando la temperatura bajó lo suficiente, los fotones (partículas de luz) se desacoplaron de la materia y comenzaron a circular libremente, volviendo visible al universo y permitiendo la formación de los átomos.
Ese evento ocurrió 380.000 años después del origen del universo y los fotones que se liberaron todavía persisten. Esa radiación es llamada Fondo Cósmico de Microondas y se puede detectar en el espacio desde cualquier dirección. Ahora, un equipo de astrofísicos presenta la imagen más detallada que se haya tomado de este fenómeno, conocido como “la luz más antigua del universo”.
La colaboración internacional de científicos de siete países usó las observaciones del Telescopio de Cosmología de Atacama (ACT) en Chile para captar la enigmática imagen.
Telescopio Cosmológico de Atacama. Crédito: ACT.
“Estamos restaurando la foto del universo bebé a su condición original, eliminando el desgaste del tiempo y el espacio que distorsionó la imagen”, explica Neelima Sehgal, profesor de la Universidad Stony Brook de Nueva York y coautor de uno de los tres estudios que se han publicado sobre este hallazgo. “Solo al ver esta foto más nítida, podemos entender mejor cómo nació nuestro universo”.
En las últimas décadas, se presentaron algunas imágenes que representan esta radiación, pero la que acaba de lograr este grupo de astrofísicos ayudará a comprender mejor los orígenes del universo, cómo llegamos a nuestro presente en la Tierra, a dónde vamos, cómo puede terminar el universo y cuándo puede ocurrir este final, según la explicación de Sehgal en un comunicado.
Si bien ocurrió antes de lo que se conoce como la Edad Oscura (por la ausencia de estrellas y galaxias), la radiación del Fondo Cósmico de Microondas llevó al universo de las tinieblas a la transparencia, por ende, no podemos ver nada que haya sucedido antes de eso. El equipo que usa el ACT mide esta luz más antigua para calcular la edad del universo, mientras que otros grupos de científicos usan las galaxias lejanas para hacer la medición. Los resultados obtenidos, que se diferencian por cientos de millones de años, han desatado una agria polémica en los últimos años.
Historia del universo desde el Big Bang. Fuente: NASA.
Los detalles de la nueva imagen —como la polarización de la luz— permitieron a los científicos del ACT estimar una edad del universo de 13.800 millones de años, coincidente con lo establecido por el modelo estándar y las mediciones del satélite Planck, el observatorio espacial más capacitado en este campo.
“Ahora hemos encontrado una respuesta en la que Planck y ACT están de acuerdo. Esto habla del hecho de que estas mediciones difíciles son confiables”, dijo Simone Aiola, investigadora del Centro de Astrofísica Computacional del Instituto Flatiron y autora principal de uno de los documentos y coautora de otro.
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Con la edad del universo obtenida, los científicos pudieron calcular a qué velocidad se está expandiendo, una medición conocida como la constante de Hubble (H0). Sus estimaciones sugieren una H0 de 67,6 kilómetros por segundo por megaparsec. Es decir, un objeto ubicado a 1 megaparsec (alrededor de 3,26 millones de años luz) de la Tierra se está alejando de nosotros a 67,6 kilómetros por segundo.
Se espera que futuras observaciones otorguen una imagen aún más clara de esta reveladora luz, así como las pistas para entender por qué otros métodos para calcular la edad del universo y su tasa de expansión arrojan resultados tan diferentes.