Ampliación del Metropolitano: una propuesta populista que no solucionaría largas colas ni prolongados tiempos de espera
Aunque la Municipalidad de Lima asegura que las obras beneficiarán a miles de residentes, expertos señalan que, sin un incremento de la flota de carros, el servicio será cada vez más ineficiente y los pasajeros tendrán que padecer de colas más largas.
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El Metropolitano de Lima atraviesa una de sus fases más complicadas desde su inauguración en 2010. A diario, miles de usuarios enfrentan largas colas en las horas de mayor afluencia, además de utilizar buses que han superado los 15 años de antigüedad y que muestran un notable deterioro en las estaciones, resultado de la falta de mantenimiento adecuado. Los múltiples incidentes y accidentes registrados en los últimos años han suscitado severas observaciones y cuestionamientos hacia este sistema de transporte.
Pese a este panorama, la Municipalidad de Lima (MML) anunció la ampliación de estaciones en la Vía Expresa Sur y en la Vía Expresa Norte, medida que, según especialistas consultados por La República, podría resultar contraproducente.
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La apuesta del alcalde y el riesgo de un colapso mayor
El alcalde Rafael López Aliaga ha defendido la expansión del Metropolitano como una solución que permitirá atender a más usuarios, llegando hasta Chimpu Ocllo en el norte y San Bartolo en el sur. La Empresa Municipal Administradora de Peaje de Lima (Emape) asegura que estas obras beneficiarán a miles de vecinos.
Sin embargo, para el exministro de Transportes y Comunicaciones, Carlos Estremadoyro, el problema no está en la infraestructura, sino en la falta de buses. Abrir nuevas estaciones con la misma flota solo ampliará la crisis.
“Cuando abras el Metropolitano hasta la Panamericana Sur o hasta Chimpu Ocllo, ¿qué va a suceder? Como tienes la misma cantidad de buses, se van a distanciar más en el tiempo y la congestión en la parte central de Lima va a ser peor”, advirtió.
Comparó la situación con “construir un colegio nuevo sin tener profesores”. Según explicó, las estaciones ya están listas, pero no se ponen en funcionamiento porque no existen suficientes unidades para cubrir la demanda.
Estaciones se encuentran listas pero aún no aperturan
El exministro agregó que la demora en la apertura de estaciones no responde a cuestiones técnicas, sino a decisiones políticas. A su juicio, la falta de inversión de los concesionarios y la lentitud de la ATU en renegociar contratos han frenado la posibilidad de renovar la flota con buses modernos.
“La infraestructura ya está, pero como no hay unidades para atender la demanda, han optado por no abrirlas. Eso ya no es un problema técnico, sino político”, sostuvo Estremadoyro.
De mantenerse esta situación, la apertura de nuevas estaciones sin un plan de reforzamiento de flota solo extendería los tiempos de espera y aumentaría la insatisfacción ciudadana.
Lo que falta: un sistema integral de transporte
Tras esta idea, el urbanista Bryan Castillo Dávila, aseguró que la ampliación de estaciones no resolverá la crisis de congestión mientras Lima carezca de un sistema integral de transporte público. Así, ampliar estaciones puede empeorar las horas de llegadas y se generarían retrasos durante varias horas.
“El problema del Metropolitano no se soluciona en el Metropolitano. Tú tienes que dar más opciones. No basta con construir más estaciones para una sola línea de conexión, se necesita una red que permita a las personas moverse de manera eficiente”, señaló.
Castillo advirtió que lo mismo ocurre con la Línea 1 del Metro de Lima, que también enfrenta saturación por la falta de planificación. En su opinión, las ampliaciones anunciadas son “planes populistas e improvisados” que no atacan la raíz del problema.
“Seguimos en un país que no entiende que debe priorizar primero el transporte público antes de cualquier cosa. El Metropolitano es un ejemplo de lo que sucede cuando se cree que basta con hacer una sola línea y se acabó”, agregó.
El urbanista alertó, además, que la informalidad seguirá ganando terreno mientras el transporte público no ofrezca alternativas rápidas y diversas conexiones.
Deficiencias técnicas y obras paralizadas
El retraso en la puesta en marcha de las nuevas estaciones también responde a problemas técnicos. José Aguilar, exdirector de la ATU, recordó que durante su gestión detectaron graves deficiencias en las obras ejecutadas.
“Cuando llegué, las estaciones estaban construidas, pero presentaban observaciones serias: accesos inseguros para los buses, falta de barandas de apoyo, deficiencias eléctricas y ausencia de adecuaciones para personas con discapacidad”, relató.
Estas observaciones, junto a los conflictos contractuales entre la MML y la empresa concesionaria, explican por qué las estaciones terminadas aún no entran en funcionamiento.
La otra gran debilidad del Metropolitano es la escasez de buses. Aguilar explicó que, incluso sin ampliaciones, la flota actual es insuficiente para atender la demanda.
“Por eso se habló de renovar buses y de incorporar eléctricos con financiamiento del Banco Mundial”, comentó. No obstante, este proyecto nunca se concretó y hoy los usuarios siguen viajando en unidades que ya superan los 15 años de uso.
La antigüedad de los buses incrementa el riesgo de fallas mecánicas y afecta la calidad del servicio. Los usuarios reportan a diario averías y retrasos, lo que alimenta la percepción de que el Metropolitano se encuentra en franco deterioro.
Una solución incierta
La falta de planificación, la lentitud en las renegociaciones con los concesionarios, los problemas técnicos en las estaciones y la ausencia de un sistema de transporte público integrado han convertido al Metropolitano en un servicio cada vez más cuestionado.
Mientras tanto, los limeños siguen enfrentando colas interminables, estaciones abarrotadas y viajes cada vez más lentos. El futuro de este sistema dependerá de si las autoridades son capaces de ir más allá de las promesas populistas y priorizar la verdadera modernización del transporte en Lima.
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