Escuelas Bicentenario: cómo son las aulas del futuro que están revolucionando la educación en Perú con el modelo filandés
Más de 60 mil estudiantes peruanos disfrutan de aulas innovadoras que fomentan la colaboración y el uso activo de la tecnología. Este cambio radical en la educación se debe a la iniciativa del Ministerio de Educación, que busca mejorar la experiencia de aprendizaje en colegios estatales.
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Las Escuelas Bicentenario, inspiradas en el modelo educativo de Finlandia, están revolucionando la forma en que los escolares aprenden. Con una inversión de más de 5.900 millones de soles, se proyecta la construcción de 75 colegios en diversas regiones del país, beneficiando a más de 118 mil estudiantes y 5 mil docentes.
Este nuevo enfoque educativo no solo transforma el espacio físico, sino que también promueve un cambio en la metodología de enseñanza, priorizando la creatividad, la autonomía y el trabajo en equipo.
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Los nuevos colegios están orientados a la pedagogía del hacer. Foto: Composición LR
Aulas flexibles: un nuevo concepto de aprendizaje
Las aulas de las Escuelas Bicentenario se caracterizan por su diseño flexible, que se divide en tres ambientes interconectados: explorar, colaborar y aplicar. Este formato permite a los estudiantes moverse libremente y participar en actividades que rompen con el esquema tradicional de clases magistrales.
Cada aula tiene capacidad para 60 estudiantes y 2 docentes, y está equipada con mobiliario móvil, pizarras interactivas y zonas de trabajo que se adaptan a las necesidades de cada grupo. Este enfoque facilita la personalización del aprendizaje, permitiendo a los docentes ajustar sus métodos a las características de sus alumnos.
Un enfoque en la pedagogía del hacer
El modelo educativo de estas escuelas se centra en la 'pedagogía del hacer', donde los estudiantes no solo escuchan, sino que investigan y construyen conocimientos en equipo. En los diferentes espacios del aula, los alumnos pueden trabajar en grupos pequeños, participar en debates o realizar exposiciones, promoviendo así un aprendizaje activo y colaborativo.
Los docentes reciben capacitación continua para implementar estrategias que fomenten la autonomía y el pensamiento crítico, enriqueciendo la educación tradicional con prácticas exitosas de otros países.
Integración de tecnología y bienestar emocional
Las aulas flexibles están diseñadas para favorecer el movimiento y la interacción, lo que contribuye al bienestar emocional de los estudiantes. Al poder cambiar de ambiente durante la clase, los escolares se mantienen activos y motivados, lo que mejora su compromiso con el aprendizaje.
La tecnología se integra de manera esencial en el proceso educativo, permitiendo a los estudiantes acceder a recursos digitales que amplían su visión del mundo y desarrollan competencias necesarias para el siglo XXI.
Educación para el trabajo: conectando aprendizaje y oportunidades
Además del rediseño físico de las aulas, el proyecto incluye talleres técnicos que fortalecen la educación para el trabajo desde la secundaria. Estas actividades, que abarcan áreas como robótica, electricidad y confección textil, conectan el aprendizaje con oportunidades reales en el entorno, especialmente en zonas donde el acceso a formación técnica es limitado.
Las Escuelas Bicentenario representan un paso significativo hacia una educación más inclusiva y adaptada a las necesidades del siglo XXI, donde el aprendizaje se convierte en una experiencia activa y enriquecedora para todos los estudiantes.























