El vía crucis de las ollitas comunes del Rímac y Villa María del Triunfo
Panorama en espacios comunitarios es desolador y podría empeorar con el anuncio de la recesión económica.
Por: Rosa Quincho, Bella Alvites y Rosario Rojas
Las ollitas comunes de Lima son una gran ayuda para los hogares que más lo necesitan y, pese a la brecha de infraestructura y de economía a la que se enfrentan, sus integrantes hacen todo lo posible cada día para hacer alcanzar los alimentos que reciben por parte de las autoridades. No obstante, desde hace dos meses, la municipalidad provincial —a cargo del abastecimiento— ha dejado de entregar importantes insumos y los que quedan son insuficientes.
Una denuncia realizada en un programa dominical mostró que esta problemática se presenta desde agosto, cuando la comuna capitalina, con un presupuesto de 80 millones de soles, pasó a sustituir al Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).
La República realizó un recorrido en los distritos del Rímac y Villa María del Triunfo, en donde encontró un panorama desolador y que podría empeorar tras el anuncio de la recesión económica por la que atraviesa el Perú. “Las ollitas comunes son una gran ayuda porque el sueldo mínimo que percibimos en casa no nos alcanza. De no existir estos espacios comunitarios, muchas veces dejaríamos de almorzar”, expresó una beneficiaria.
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Alzan su voz y piden un menú balanceado
En la cúspide del asentamiento humano Manuel Seoane, en el Rímac, se encuentra la ollita común Social Bicentenario. Una casa rústica que todos los días alberga a un promedio de 100 personas y donde el mayor potaje de la semana es el plato de arroz con lenteja y huevo frito. En este lugar, los niños y adultos mayores son felices porque tienen algo que llevarse a la boca, pero las madres y padres de familia, así como los dirigentes, levantan su voz de protesta porque consideran que el menú que reciben no es balanceado.
“Nos esforzamos para variar los almuerzos porque, como cualquier ser humano, nos cansamos de comer siempre lo mismo. Sin embargo, cuando no nos queda otra opción, tenemos que conformarnos con lo que nos dan, pese a que realizamos gestiones para recibir donaciones y aprovechamos cada oferta que encontramos en los mercados”, sostuvo la coordinadora Edith Córdova.
Desabastecidos por la municipalidad
Por una situación aún más preocupante atraviesa la ollita común Miski Mikuy o traducido del quechua al español Comida Rica, en el asentamiento humano Mariscal Castilla, en el Rímac, que se encuentra a 20 minutos del centro de Lima, pero por problemas internos desde hace un mes no ha sido abastecida con alimentos por la municipalidad provincial. Su presidenta, Ernestina Huerto, precisó que 30 niños y 16 adultos mayores se han visto afectados y aún no han recibido una explicación.
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No reciben leche y atún
En las ollitas comunes a las que llegó La República, se coincidió que desde hace 60 días no están recibiendo tarros de leche y pasaron 30 días desde que se nota la ausencia de los filetes y atunes. Además, la cantidad de arroz y otros productos, como la lenteja y el fideo que se entregan, no alcanzan para completar el mes.
“A nuestro cargo, tenemos 60 familias beneficiarias, pero solo nos dan víveres para 45 raciones y tenemos que hacer hasta lo imposible para hacerlo alcanzar. El arroz solo nos dura para 15 días y con los dos soles que algunas personas pagan por el menú compramos más. En cuanto a productos enlatados, solo estamos recibiendo de las autoridades la sangrecita, pero lo cocinamos una o dos veces a la semana”, precisó Benedicto Cayllulla, de la ollita común Manos Milagrosas, del asentamiento humano Los Portales del Valle, en el distrito de Villa María del Triunfo.
El dirigente indicó que desde la comuna limeña les han indicado que este desabastecimiento se debe al fenómeno El Niño.
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Quejas de beneficiarios
En la misma localidad, se encuentra la ollita común Dios es Amor, en el asentamiento humano Rumi Ñahui, en donde la secretaria Militza Ventura manifestó que cada día deben levantarse muy temprano para preparar 84 platos de comida, que deben estar listos a las 11.00 a. m. porque la mayoría de sus beneficiarios son escolares y deben ir al colegio. No obstante, desde que se empezó a disminuir los alimentos están recibiendo muchas quejas de los adultos que todos los días no quieren comer lo mismo.
“El mes pasado nos dieron 10 javas de huevos, pero en octubre nos redujeron a ocho. Si la situación continúa así, va a llegar el momento que nos tengamos que compartir con nuestros vecinos”, culminó.
La otra cara
De otro lado, en la ollita común El porvenir, en Surquillo, la presidenta Rosa Canales indicó que es una de las pocas que otorga el alimento totalmente gratuito para el 70% de los beneficiarios. Agregó que nació en la pandemia y que esta asociación comunitaria, que se encuentra en la zona urbana de la capital, está recibiendo el alimento sin ninguna dificultad.
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Sin descargo municipal
Asimismo, desde la municipalidad de Lima manifestaron que este martes 31 de octubre convocarán a una conferencia de prensa para esclarecer estos hechos.