Inaigem: glaciares del sur del país se hallan en estado crítico
Por el cambio climático. En el caso de Lima, la cordillera Central cada vez aporta menos agua hacia las partes bajas. Inaigem dice que debe haber manejo adecuado de cabeceras de cuenca, con bofedales y pastos que tienen capacidad para retener humedad.
Los glaciares del país han retrocedido ampliamente por efecto del cambio climático, lo que significa una pérdida de enormes reservas de agua dulce que el país necesitará en pocos años.
En el caso de la cordillera Blanca, en un periodo de 54 años ha perdido más del 48% de su capa glaciar. Le siguen en ese camino otras cordilleras del país, pero las que han tenido más impacto negativo son las que están ubicadas al sur, llámense las cordilleras de Chila (Arequipa) y Huanzo y Chonta, que hoy tienen poca superficie glaciar en sus cumbres.
Así lo explica Jesús Gómez López, directivo del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem).
En el caso de Chila, por ejemplo, hoy se registra un área glaciar de apenas 0,07 kilómetros cuadrados. “Como son cordilleras que están por debajo de los 5.500 metros de altura, son vulnerables a las condiciones atmosféricas, entonces son más afectadas por los impactos del cambio climático; por eso retroceden rápido. Eso nos da un indicio de que estas cordilleras, en los próximos 5 a 10 años, tal vez vayan a perder la totalidad de sus áreas glaciares”, manifiesta.
En el caso de Lima, el experto señala que la cordillera Central cada vez aporta menos agua hacia las partes bajas. “No hay más nevados que provean de agua a Lima, el último fue el glaciar Shullcon, que hace una década alimentaba al embalse de Yuracmayo”.
Y lo mismo ocurre con las cordilleras La Viuda (Lima), Huaytapallana (Junín), Chonta y Chila (Arequipa), las cuales tienen poca superficie glaciar.
Por eso, ante el riesgo de que descienda la oferta de agua proveniente de los glaciares, Jesús Gómez señala que debe haber un manejo adecuado de las cabeceras de cuenca que tienen una alta capacidad de retención de agua como, por ejemplo, los bofedales, pastos y bosques nativos. Y eso es una responsabilidad interinstitucional en la que están los tres niveles de Gobierno.
“En la época seca, cuando ya no llueve, estos ecosistemas, que tienen capacidad de retener grandes cantidades de agua, podrían alimentar los cauces superficiales y las aguas subterráneas. Por eso es importante hacer una adecuada gestión de nuestras cabeceras de cuenca”.
También dice que “hay que pensar en proyectos de infraestructura que podrían ser embalses para almacenar ese excedente de agua que tenemos en época de lluvia, para ser utilizado en épocas secas”.
Como consecuencia del retroceso glaciar, las aguas que bajan de los glaciares vienen con una contaminación natural llamada ‘drenaje ácido de las rocas’. Según explica, se están dejando expuestas áreas grandes de roca que están altamente mineralizadas y que con el contacto con el agua, esta resulta no ser apta para el consumo humano.
La clave
El Gobierno reafirmó esta semana su compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 40% al año 2030. El premier Alberto Otárola sostuvo que para ello es necesario el trabajo conjunto, siendo los Gobiernos regionales aliados importantes.
Cambio climático afecta glaciares en el Perú
Infografía - La República