Dos universidades no han logrado nuevo licenciamiento
Segundo intento. Al igual que Alas Peruanas, la Universidad San Andrés solicitó otra evaluación a la Sunedu, pero no cumplió con las condiciones exigidas. Esta casa de estudios ubicada en Independencia buscó dejar sin efecto su denegatoria ante el Poder Judicial en 2021.
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Después de la Universidad Alas Peruanas (UAP), la San Andrés se convierte en la segunda entidad que no logra el licenciamiento tras una primera denegatoria por parte de la Sunedu.
Estas forman parte de las cinco casas de estudio públicas y privadas que han vuelto a solicitar una evaluación de la superintendencia, bajo un modelo más exigente.
De ellas, hasta la fecha ,solo la San Luis Gonzaga de Ica (Unica) ha obtenido su licencia. Las otras públicas Pedro Ruiz Gallo, de Lambayeque, y Ciro Alegría, de La Libertad, ya formalizaron su pedido y quedan pendientes las inspecciones, así como la decisión final. En tanto, las privadas UAP y, ahora, la San Andrés no superaron las condiciones básicas de calidad exigidas por el ente fiscalizador.
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En el caso de la San Andrés, cuya única sede se ubica en el distrito limeño de Independencia, se le denegó su licencia en julio del 2019, cuando atendía alrededor de 505 estudiantes. Su oferta incluía las carreras de Derecho y Ciencias Políticas, Contabilidad y Finanzas, y Administración de Empresas.
Sunedu | Universidades denegadas seguirán operando en los próximos tres años | Ley Universitaria | Licenciamiento Universidades. Foto: Sunedu
Tras ello, presentó una nueva solicitud el 17 de diciembre del 2021, la cual contaba con una proyección para los dos primeros años. No obstante, se determinó que la universidad no cumplía con 24 de los 27 indicadores, argumenta la Sunedu.
Entre estos últimos figura el no haber demostrado que cuenta con el 25% de los docentes a tiempo completo y que solo uno cumple con el perfil establecido para los cursos a dictar. A esto se suma que no garantizaba su sostenibilidad financiera.
Lo que se viene
Tras la denegatoria publicada ayer en El Peruano, esta universidad podrá volver a presentar una solicitud de licenciamiento, para lo cual debe subsanar las observaciones. En tanto, tiene que continuar con su proceso de cese de actividades hasta el 14 de agosto del 2024. En ese periodo deberá seguir brindando el servicio a los 68 estudiantes que se encuentran matriculados en el ciclo 2022-2. También está en la obligación de expedir grados y títulos, pero no puede convocar a exámenes de admisión ni aceptar nuevos alumnos.
Si hasta agosto del 2024 no logra un nuevo licenciamiento, deberá cerrar sus puertas.
Llegó al Poder Judicial
Como lo informó La República, la San Andrés está entre las casas de estudio con licencia denegada que han acudido al Poder Judicial para dejar sin efecto la medida interpuesta por la Sunedu durante el primer proceso de licenciamiento.
A inicios del 2021, su demanda se vio en el Quinto Juzgado Especializado en lo Contencioso Administrativo de Lima, donde presentó una medida cautelar que suspenda las resoluciones de denegatoria. Tras idas y venidas, se programó una audiencia para febrero del 2023.
Este diario buscó una respuesta de la universidad, pero hasta el cierre no se pronunció.
Universidades suspenden la presencialidad
La Universidad Nacional Mayor de San Marcos informó que desde el último martes 13 las clases presenciales y semipresenciales serán de manera virtual. “El ingreso a la Ciudad Universitaria y demás sedes estará restringido por medidas sanitarias y de mantenimiento”, precisó.
Otras universidades públicas como la San Agustín de Arequipa (UNSA) y José Faustino Sánchez Carrión, de Huacho, han suspendido sus labores presenciales hasta este viernes 16, por la coyuntura política y la salvaguarda de la integridad.
También se ha pasado a la virtualidad en la San Antonio Abad del Cusco. Su continuidad está sujeta a lo que ocurra estos días.
Periodista por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Reportera de la sección Sociedad y trabajó en el suplemento Domingo de La República. Integrante de la Red Latinoamericana de Jóvenes Periodistas de Distintas Latitudes. Fue becaria de Cosecha Roja y del Laboratorio de Periodismo Situado. Colaboradora de la revista Anfibia, de Argentina. Coautora de los libros de crónicas Rosario, ciudad Anfibia y Generación B: Jóvenes de la Esperanza. Participó en una pasantía en la Universidad Católica de Milán, en Italia, y en el intercambio periodístico EQDA, en Suiza. Ha ganado concursos nacionales de periodismo. Busca explorar y aprender más sobre educación, salud, violencias, innovación, comunidades originarias y derechos humanos.
