Sociedad

Corredores tienen hasta 40% menos pasajeros por combis y autos colectivos

Baja demanda. Si bien el teletrabajo impactó, la informalidad sigue siendo el mayor problema. Los corredores Morado y Azul son los más afectados. Piden a ATU que les paguen compensaciones de abril a julio. El Sistema Integrado de Transporte aún está verde.

El infierno azul. Los autos colectivos se adueñan de la av. Garcilaso. Circulan por el carril de los buses, ante la mirada de inspectores y policías de tránsito. Foto: Antonio Melgarejo/ La República
El infierno azul. Los autos colectivos se adueñan de la av. Garcilaso. Circulan por el carril de los buses, ante la mirada de inspectores y policías de tránsito. Foto: Antonio Melgarejo/ La República

En el paradero España, de la avenida Wilson, una señora se cansa de esperar y sube a uno de los tantos colectivos que van a la avenida Alcázar, en el Rímac. El joven que estaba detrás de ella, en la cola, la mira y trata de justificarla diciendo que eso siempre pasa: el bus azul se demora, los autos informales invaden su carril exclusivo y los pasajeros impacientes se trepan a uno de los carros sin imaginar que alimentan el círculo vicioso.

“Los colectivos se movilizan más rápido que nosotros, pero es porque nos generan este retraso al saturar los carriles por donde pasamos”, dice un chofer del Corredor Azul. Y es que por las avenidas Tacna, Wilson y Arequipa son cada vez más recurrentes estos autos informales. Lo mismo pasa en los corredores de la Javier Prado, La Marina, Abancay, Próceres de la Independencia y Panamericana, donde además los buses deben lidiar con las combis y cústeres.

Es por esta competencia desleal y también, en menor medida, por las nuevas condiciones que ha traído la pandemia de la COVID-19, como el trabajo remoto, que los corredores complementarios aún no recuperan la demanda de pasajeros que tenían hasta el 2020. Los más afectados son el Azul y el Morado.

Luis Morán, vocero del Consorcio Transportes Arequipa, señala que en el 2019 llevaban 600.000 usuarios semanalmente del Rímac a Barranco; sin embargo, con la llegada de la pandemia de la COVID-19 ese número se redujo en el 2020 a 580.000 y en este 2022 a 375.000 usuarios a la semana. Eso significa una reducción de casi el 40%. “La movilidad ha sufrido cambios que nos están afectando, pero más es la informalidad”.

Corredores complementarios tomaron nuevas rutas para ampliar su demanda. Foto: difusión

Corredores complementarios tomaron nuevas rutas para ampliar su demanda. Foto: difusión

Una situación similar reporta Gerardo Hermoza, vocero de uno de los operadores del Corredor Morado. “Antes de que el Gobierno declarara la cuarentena y el trabajo remoto por la COVID-19, nosotros trasladábamos 160.000 pasajeros diarios de San Juan de Lurigancho a Magdalena y San Isidro; pero ahora llevamos 125.000. Aún no recuperamos el 30% de la demanda perdida. ¿Y por qué sucede eso? Principalmente, por los colectivos y las combis que no salen de los corredores”. Si bien las medidas sanitarias se han flexibilizado, la informalidad sigue siendo su problema.

“Nuestros buses deberían dar cinco vueltas al día, pero solo dan tres por el tráfico en la ruta de San Miguel a La Molina”, afirmó Ángel Mendoza, vocero del Corredor Rojo, tras señalar que, pese a que se les habilitó carriles exclusivos por tramos, estos son invadidos por los colectivos.

No pagan compensaciones

Hermoza denuncia que vienen siendo afectados también por cústeres de la empresa 5 Continentes que, pese a ser de Huarochirí, sigue operando en Lima con una medida cautelar. “La Autoridad de Transporte Urbano (ATU) no hace nada para hacer respetar la concesión del Corredor Morado. Debería denunciar al juez que permite eso por prevaricato, pero nada”, critica. Dice además que la ATU no cumple con pagarles las compensaciones de abril, mayo, junio y julio, según se comprometió. “Eso nos ha generado un forado. Lo peor es que esta semana debemos renovar la carta fianza del contrato, lo que podría generar que suspendamos el servicio y tengamos más pérdidas”.

ATU sin resultados

Para el director de la ONG Luz Ámbar, Luis Quispe Candia, lamentablemente, la ATU no está respondiendo a las expectativas. “En estos tres años, no hay resultados, todo sigue igual”. Señala que el problema principal es que solo se han licitado 15 paquetes de rutas de las 49 que tienen los corredores. Debería haber 5.000 buses, pero solo hay 785. Con la flota completa, agregó, se podría retirar a las combis y los colectivos. No se afectaría la oferta de líneas. Los pasajeros podrían tener descuentos tarifarios al hacer transbordos de un corredor a otro y se tendría una tarjeta con diversos puntos de recarga, lo que hoy no sucede.

“La ATU puede llevarse 1.000 vehículos al depósito, puede multarlos, pero seguirán existiendo porque el transporte público es pésimo. Debe poner un poco más de fuerza y terminar de concesionar las rutas de los corredores”, recomendó.

Corredor morado

Al paso. Buses morados comparten vía con micros y combis. Foto: difusión

Respuesta

Desde ATU respondieron que no se ha pagado las compensaciones a los operadores de los corredores porque el MEF no les transfirió fondos.

Agregaron que están actualizando los estudios de la demanda de pasajeros y del comportamiento de los viajes, basándose en la coyuntura de la pandemia. Aún no hay fecha de cuándo convocarán a licitación las rutas restantes de los corredores, aunque la prioridad la tendrán los transportistas.

Reacciones

Luis Quispe Candia, director de Luz Ámbar

“La ATU no está dando resultados. Lo peor es que el Congreso ha aprobado que se renueven por 5 años las autorizaciones a las combis y cústeres, por pedido de la ATU. El Ejecutivo debe observar el proyecto de ley”.

Gerardo Hermoza, vocero Corredor Morado

“Estamos a pérdida por la informalidad, y encima la ATU nos dice que no nos va a pagar las compensaciones. Los corredores podemos desaparecer. Así, ¿qué empresa va a querer invertir en mejorar el transporte público?”.

(Lima, 1988). Estudió Periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza. En sus más de 10 años como reportero ha trabajado en radio, TV y prensa. Actualmente, escribe crónicas y reportajes en el diario La República. También ha sido becario de la Red de Periodistas Latinoamericanos Cosecha Roja y es colaborador de la revista Anfibia. Ocupó el primer lugar en el Primer Concurso Nacional de Periodismo sobre Políticas Sociales (CIES-2015). Sus cuentos han sido publicados en antologías literarias. Es coautor de La banda sonora de tu vida (Autómata, 2019), de Generación B, jóvenes del Bicentenario (Artífice, 2021) y de Una carta sin Paul McCartney y otros relatos (Caja Negra, 2022).